Johnny tenía una expresión confundida en su rostro y nos miró a todos antes de estallar en una carcajada. —Esto no puede ser cierto. Por favor, dime que esto es alguna broma del Día de los Inocentes.
—No lo es —susurró Luca. Johnny parpadeó un par de veces para procesar la noticia, mientras Cristian estaba a segundos de tener un colapso. —¿Papá está vivo? —jadeó Johnny.
—¿Dónde está Enzo? —Cristian respiró mientras cerraba los ojos—. ¿Dónde está mi hermano? ¡¿Dónde está?!
—¿Qué quieres decir con que papá todavía está vivo? ¿Cómo sigue vivo?
—¿Dónde está mi hermano!
—¿Cómo es que Dario, nuestro hermano
—¡Basta! —grité—. ¡Los dos, paren! —hablé y me volteé hacia Johnny—. Tú y Luca pueden resolver esto después. Por ahora, tienen que decirnos qué le pasó a Enzo.
—Te dije, no lo sé —Luca suspiró mientras Johnny soltaba varias palabrotas y caminaba de un lado a otro. La noticia lo golpeó fuerte y nunca lo había visto tan enojado antes.