—¿Hoy no traes bebé? —Marc frunció el ceño mientras yo me subía al carro. Tal como prometí, me uniría a Marc para darle seguimiento a su pista sobre Dario.
—No te gusta Siena ni tantito —me reí mientras no podía sacarme de la cabeza la imagen de la cara de desagrado de Marc cada vez que la veía—. No es que no me guste. Solo me cansa que me esté mirando todo el tiempo.
—¿Es una bebé? —comenté—. De cualquier manera, también estoy feliz de pasar mi día contigo.
—Sí, guau —Marc suspiró—. Ni siquiera deberías estar aquí, pero aquí estás. No quiero que te involucres, y Christian tampoco.
Ahí estaba de nuevo. ¿Cómo podían esperar que no me involucrara cuando el asunto también me concernía? Yo era la que estaba a su alrededor, así que quería averiguar más sobre él, incluso si eso significaba investigar en su pasado. —Lamentablemente vas a tener que lidiar con eso, ¿y ahora qué estamos haciendo?