—¿Por qué todos están usando rosa? —susurré al oído de Cristian mientras estábamos en la cima de las escaleras.
—Es porque todos saben que vamos a tener una niña —se rió y me guió escaleras abajo mientras todos nos vitoreaban—. Me siento como una celebridad —susurré y bajé la cabeza.
Además de amigo, la mayoría de la gente eran los Lamberti y los Alfonzo, y solo una cosa pasaba por mi mente.
Toda esta gente era mi nueva familia.
—Mi hermosa nuera —Francesca se acercó y enlazó su brazo con el mío—. Si hace unas semanas alguien me hubiera dicho que nos llevaríamos tan bien, me hubiera reído en sus caras.
—Soy tu hijo —Cristian frunció el ceño—. Francesca asintió y le dio unas palmadas en la espalda—. Por supuesto que lo eres.
—Te ves realmente hermosa, Serena —Lucio me atrajo hacia un abrazo antes de apartarse—. El tío miente, empiezas a parecerte más y más a una ballena —Luca se rió de su propio chiste, mientras Cristian lo fulminaba con la mirada.