—Sé de la terrible situación en la que Luis creció, pero ¿secuestro? ¿No piensas que te estás pasando un poco—has pensado en las consecuencias? —pregunté.
—¿Consecuencias? —Para ser completamente honesto, nunca lo hice. Esto era solo ser yo, primero hacer algo y luego reaccionar.
—Fabio no se preocupa por mí, nunca lo hizo —dijo Luis.
—Pero tu hermano sí—y debe estar buscándote —Isobel se acercó a él y puso su mano en su espalda—. Tienes que volver a casa, colega —le dijo antes de girar la cabeza hacia mí.
—Sé que Vince también la cagó, y que definitivamente no está en su sano juicio—pero quitarle lo único que realmente ama es extremadamente peligroso, como si ya no tuviéramos suficiente mierda sucediendo —ella gritó mientras cubría las orejas de Luis.
—No quiero volver con Vince, ya no le gusto —Luis se lamentó—. La desafortunada verdad era que probablemente no era cierto y que Isobel tenía razón—y sí pensé en eso, pero era decisión de Luis y él no quería volver.