Cristian
—Entonces está decidido, nos ocuparemos de Fabio en una semana —confirmó Cristian y miró a todos alrededor de la mesa.
Hubo un retraso en los planes, pero al final, todas las familias acordaron que Fabio García era un peligro y debía ser eliminado.
—¿Cómo podemos sentarnos aquí y planear nuestro ataque cuando el padre del enemigo está entre nosotros? —Uno de los hombres habló y apuntó con el dedo a Aldo Sala mientras los demás asentían. Todo en lo que Cristian podía pensar era en Enzo, y cómo habría sido tratado si alguien descubría la verdad. Miró a Enzo, que estaba sentado al otro lado de la mesa con una expresión avergonzada en su rostro. Como debería estar, pensó Cristian.
Las voces alrededor de la mesa comenzaban a ser más activas y él no estaba seguro de qué hacer. Miró de su abuelo a su padre, esperando su ayuda, pero ambos se reclinaron hacia atrás. Es cierto, de ahora en adelante estoy solo, pensó Cristian.