—Ese es un Lamberti fuerte y saludable —dijo Ramiro— y me entregó el sonograma. —Sí, tiene la costumbre de patearme —Miré la imagen con una sonrisa en mi rostro.
—¿Crees que se parece a mí? —pregunté emocionada y giré la imagen. —Hmm, me parece más a Cristian —habló mientras yo fruncía el ceño.
—Bueno, al menos él sabe que es el padre —me reí y observé la imagen una vez más. —¿Hay alguna forma de hacérsela llegar? Pensaba tomar una foto, pero siento que eso no tiene sentido.
—Sí, se la haré llegar lo antes posible —me tranquilizó. Al principio, la idea de tener un médico de familia que me cuidara me sonaba extraño, pero después de que Cristian se fuera, Ramiro había sido muy amable conmigo, aunque había algo que me molestaba.
Si él era el médico de la familia, ¿no debería estar con Lucio?