—¿Te sientes realizada avergonzándome? —me di la vuelta y le pregunté a Luna.
—Sí —ella me sonrió de vuelta. Era de noche y Christian y Mateo ya se habían ido. Mientras Olivia ayudaba a Fe con su tarea escolar, Luna y yo veíamos una película.
—¿No tienes miedo? —me preguntó de repente. —¿Miedo de qué?
—Ya sabes... miedo de que ese chico Fabio irrumpa y te lleve —dijo. —No, no realmente —mentí. La verdad era que estaba aterrorizada, pero mostrar lo aterrorizada que estaba solo empeoraría las cosas.
Solo podía imaginar la reacción de Christian cuando le dijera que no me gustaba aquí y que no quería que se sintiera culpable. —Entonces, ¿sobrevivirás sola? —ella se rió entre dientes.
—Dejemos de hablar de mí, hablemos de ti —le dije y giré mi cabeza para enfrentarla. —Sé que no es asunto mío, pero ¿qué pasó entre tú y Johnny?
Luna rodó los ojos hacia mí. —Ya temía que me lo preguntarías.