—¿Ya despertaste? —Cristian habló con un tono irritado. Me quité los auriculares y dejé la tableta para poder comunicarme con él. —Sí... no pude dormir.
Bufó y suspiró antes de dirigirse al baño, sin decir otra palabra. —¿Hice algo mal?
Estábamos evidentemente todos tensos, y tener a Marc cerca había calmado mis nervios. En lugar de pensar en el peligro que corría mi vida, había encontrado la motivación para mantenerme ocupada con otras cosas en su lugar, como la habitación del bebé.
Me sentía terrible por estar asustada, y no quería que mi mala energía afectara a Cristian. No hasta que vi la ardilla muerta, todo esto parecía tan falso, pero ahora que sabía que era real, las cosas eran diferentes. Tenía miedo, estaba incluso aterrorizada, pero llorar no le haría bien a nadie. Al menos eso era lo que pensaba, pero la reacción de Cristian me preocupaba. ¿Quizás fui demasiado lejos?