—¿Ya volviste? —le pregunté a Cristian mientras intentaba descifrar la expresión en su rostro. Parecía molesto.
—¿Crees que esto es normal?
Me sobresalté y lo miré fijamente mientras él se sentaba en el sofá como si hubiera estado esperándome durante horas.
—Emmanuella, ¿te importaría subir un rato? —Cristian se lo pidió y ella obedeció de inmediato. No podía creer sus palabras pero esperé hasta que Emmanuella estuvo arriba.
—¿Qué? —le pregunté, mis oídos debieron haberme engañado. Él era quien me había estado mintiendo, ¿cómo estaba yo equivocada?
—Esta cosa tuya, de no contestar tu teléfono, de salir a escondidas —¿dónde estabas? Empecemos por ahí. Se levantó del sofá y de inmediato pensé en Beau diciéndome prisionera. ¿Escapándose de la casa? Él era quien debería hablar.