Cristian
—¿Cómo he podido dejar que esto ocurriera?
Esos eran los únicos pensamientos que pasaban por la mente de Cristian. Sostenía a Siena en sus brazos y la apretaba contra él.
—La recuperaré, Siena... lo prometo.
Nada podría haberlo preparado para la ausencia de su beso de buenos días o la carta que Serena le había dejado. Cristian no podía evitar culparse por no haber detectado el extraño comportamiento de Serena. ¿Fue por eso que me habló del embarazo?
Una inquieta Siena, que podía sentir la ausencia de su mamá, soltó unos gemidos, amenazando con derramar lágrimas. —Lo sé. Yo siento lo mismo —Cristian le besó la cabeza.
Se había prometido a sí mismo recuperarla hoy, no importaba cómo. Cancelar su plan original de atacar a su tío y darle la espalda a las familias no era lo que quería, pero la seguridad de Serena era una prioridad.