—Serena, por favor no ahora —respondió Cristian—. Sabía que estaba mal, pero ahora no era el momento adecuado para hablar de eso, ya que había cosas más importantes de las que preocuparse.
—¿Qué quieres decir con no ahora? —gruñó Serena—. ¿Vamos a pretender como si no me hubieras dicho que soy una mala madre?
Ella había descolgado el teléfono, esperando una disculpa, pero rápidamente sintió que eso no iba a suceder. Cristian no quería otra cosa que disculparse, pero sabía que ella merecía algo mejor que una disculpa por teléfono.
—Déjalo estar. Necesito que me escuches —dijo él—. Sabía que Serena entendería la seriedad de la situación si él no cedía a sus reclamos.
—¿Qué pasa? ¿Está bien Siena? —preguntó Serena, preocupada—. Siena está bien
—Escucha, necesito que cierres todas las puertas y que te quedes adentro hoy —pase lo que pase —instruyó Cristian.