Cristian
—Que alguien me diga qué demonios hace aquí —susurró Cristian mientras bajaba las escaleras. Ni siquiera tenía la energía para mirar a todos los extraños que instalaban el equipo para la fiesta, pues sus ojos solo podían ver a Luca.
¿Qué estaría tramando?
—¡Primo! —Luca abrió sus brazos. Los ojos de Cristian se encontraron con los de Johnny, quien negó con la cabeza en desaprobación. —¿Luca? —Cristian forzó una sonrisa en su rostro y lo atrajo hacia un abrazo.
No quería alejarlo, pero se sentía sospechoso, y lo último que quería era que estuviera en la fiesta cuando sabía de lo que era capaz. —No sabía que también ibas a venir.
—Mira, invitaste a Johnny para supervisar la fiesta, y le dijiste que no me dejara solo, así que aquí estoy —Luca se encogió de hombros. Johnny tenía una mirada de disculpa en su rostro, pero Cristian no tenía tiempo para preocuparse por qué estaba o no estaba aquí.