—Solo un minuto. Es Tyler. Prometí llamarle tan pronto como pudiera —dijo.
Nathan asintió con comprensión, relajándose de nuevo en su rincón del sofá. Sus músculos se habían tensado con el timbre del teléfono; pude verlo relajarse visiblemente mientras yo hablaba con Tyler. Supuse que Tyler no parecería tan malo después de saber que la Manada Moonglow podría querer aislarnos para poder hacerme quien-sabe-qué.
Me deslicé hacia el borde de mi asiento, queriendo tener los pies bajo mí mientras hablaba con Tyler. No pude articular palabras para explicar mis sentimientos, lo que resultó no importar ya que Tyler me interrogó con la misma intensidad que un profesional. Me sentí más cansada después de hablar con él de lo que había estado después del viaje completo al territorio de Moonglow.