—Tía, esto es lo que Qin Hao compró hace unos días. —dijo Du Wanrou.
—¿Cuánto costó esto? —preguntó Feng Xiangyi con algo de sorpresa.
—En total, más de sesenta millones —respondió Qin Hao.
—¡Más de sesenta millones, de dónde sacó Qin Hao tanto dinero? —jadeó Feng Xiangyi
Los ingresos de la Compañía de Pato Asado Jiangshan se reinvertían todos en el desarrollo, y Qin Hao no había recibido ni un centavo de ello.
Entonces, ¿de dónde provino este dinero?
¿Podría ser que tenía otras empresas? ¿O alguna otra forma de ganar dinero, de lo contrario de dónde sacaría tanto dinero?
Feng Xiangyi no preguntó; después de todo, no era su lugar meterse en asuntos tan privados.
Los tres fueron a la playa.
Se divirtieron mucho atrapando cangrejos, buscando almejas y pescando.
Qin Hao sostenía un cubo de plástico, lleno con los botines de guerra recogidos por Du Wanrou y Feng Xiangyi.