Qin Hao entró en la oficina del Presidente.
Nie Si estaba sentada en el escritorio de la asistente, lidiando con algunos documentos de la compañía.
Cuando vio entrar a Qin Hao, rápidamente se levantó —Señor Qin.
Qin Hao dijo con una sonrisa —Continúa trabajando.
Nie Si tomó una taza de agua nueva del estante detrás de ella y fue al dispensador para servirle una taza de agua.
—Señor Qin, tome un poco de agua.
Qin Hao preguntó —¿Qué tal se siente? ¿El trabajo como mi asistente es muy agotador?
Nie Si dio una sonrisa incómoda —Está bien, creo que es gratificante.
En verdad se sentía cansada a veces, porque cuando Qin Hao no estaba, ella, como asistente, tenía que manejar muchas cosas en su nombre y tenía que llamar a Qin Hao para las decisiones que no podía tomar.
Pero no podía preguntarle a Qin Hao por todo, ya que eso la haría parecer inútil como asistente.
Qin Hao dijo —Llama a la Srta. Feng, tengo algo que discutir con ella.