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Xu Siyao asintió ligeramente —Ciudad de Jianghai en efecto tiene varios discípulos de segunda generación bastante famosos cuyas compañías ya han roto el beneficio anual de mil millones.
Qin Hao sintió cierta admiración en su interior, en verdad había muchas personas capaces en el País Xuan, romper el beneficio anual de mil millones no era algo que una compañía ordinaria pudiera lograr.
Después de que los dos terminaron de almorzar, volvieron al aula, ya que todavía les quedaba una clase por la tarde.
De vuelta en el aula, Xu Siyao regresó a su asiento, y había bastantes personas en el salón.
Huo Qiang vio regresar a Qin Hao, se levantó y caminó hacia él —Qin Hao, sal un momento conmigo.
Qin Hao lo miró confundido —¿Hay algún problema?
—Lo sabrás una vez que salgas —le dijo Huo Qiang.
Qin Hao detectó algo extraño en su tono, pero aún así se levantó y salió.
Después de que Huo Qiang salió del aula, lo llevó al baño.