—¿Podría ser que tu papá fue estafado? —preguntó sorprendido Qin Hao.
—También lo creo. Todo estaba bien antes, y luego de repente, esto ocurrió —asintió Zhao Qian.
—¿Dónde está tu papá ahora? ¿Es conveniente que salga? —preguntó Qin Hao.
—¿Quieres conocer a mi papá? —preguntó con curiosidad Zhao Qian.
—Me gustaría discutir sobre una cooperación con tu tío. Estoy bastante interesado en la industria de la ropa —dijo Qin Hao—. Recordó que el Grupo Ruixing estaba en la industria de la ropa. Si me estaban tramando algo en secreto, entonces no pueden culparme por ser despiadado.
—Papá, ¿tienes tiempo ahora mismo? —sacó su teléfono celular y llamó a su padre Zhao Qian.
Zhao Dongqiang estaba actualmente en su oficina. Acababa de hacer llamadas a muchas personas, preguntando sobre aquellos que previamente habían querido invertir en Ropa Huafei.
Pero todos ellos habían rehusado. Tenía el presentimiento de que su compañía parecía estar siendo objetiva.