Era la primera vez que Han Ye había sido amenazado de esa manera. Justo cuando estaba a punto de responder con maldiciones, un tono de ocupado vino de su teléfono.
—¿Romperme las piernas?
—Joder, ¿quién en Jianghai se atrevería a meterse conmigo?
De repente, fue como si Han Ye pensara en algo, y su rostro cambió ligeramente.
—¿Qin Hao? ¿Qin Hao?
—¿Podría ser el Qin Hao que rompió las piernas de Xiao Liang?
—No es de extrañar que el nombre sonara familiar. ¿Realmente podría ser él?
Han Ye tenía muy claro la fuerza de la Familia Xiao. Actualmente, la mano superior en Jianghai era el propio tío de Xiao Liang, Xiao Tianwei.
Si Qin Hao rompió las piernas de Xiao Liang, era imposible que Xiao Tianwei no lo supiera.
Y el hecho de que Qin Hao todavía viviera bien implicaba que su trasfondo era aún más significativo.
—Más grande que la mano superior en Jianghai, ¿quién podría ser? Probablemente un peso pesado de la Ciudad de Jinchen.