Li Jianjun bajó las escaleras y entregó los materiales a Li Xutian, luego continuó revisando las cosas sobre la mesa de centro.
—1.5 mil millones, ¡eso es 1.5 mil millones! El dinero que he ganado apenas vale por dos de sus pinturas. —Cuanto más miraba Li Jianjun, más frustrado se sentía.
¡Incluso sintió el impulso de empezar a aprender a pintar!
Li Xutian tomó los materiales, los abrió y los examinó cuidadosamente. Cuando vio el nombre de la madre de Qin Hao, su cuerpo se sacudió.
—Justo como sospechaba, ¡justo como sospechaba!
Su expresión se volvió inexpresiva, mientras miraba fijamente los materiales, sumido en sus pensamientos.
Gu Yusu y Li Moying miraron curiosos, y cuando vieron el nombre de la madre de Qin Hao, Li Shujie, se quedaron atónitos.
Li Xutian había revisado la información de Qin Hao antes, pero no le había dado mucha importancia.