—Qin Hao tenía la sensación de que si no iba, Fan Ruobing podría quedarse allí viéndolo toda la noche.
—Ella era una persona extraña, muy extraña de hecho.
—El gordito, Zhao De y Chen Ping estaban atónitos. ¿Diablos, era que la suerte del segundo hermano con las chicas era demasiado fuerte?
—Qin Hao se vistió y salió junto a Fan Ruobing. A lo largo del camino, muchos estudiantes masculinos los miraban con expresiones incrédulas.
—¿Cómo podría una mujer tan hermosa entrar al dormitorio de hombres?
—En el camino, Fan Ruobing no habló y Qin Hao tampoco sabía qué decir. Ambos caminaron en silencio hacia el edificio de la oficina de la sociedad.
—Al llegar al estudio, ya estaba vacío.
—Fan Ruobing consiguió papel, tinta y pinceles, y dijo: "Pinta".
—Qin Hao preguntó sorprendido, "¿Pintar qué?"
—Fan Ruobing: "La que pintaste ese día, me gusta mucho ese cuadro."
—Qin Hao se quedó allí y empezó a pintar, mientras ella observaba atentamente a su lado.
...