Cuando Nancy se volvió hacia la familiar y malintencionada voz, su sonrisa se desvaneció e instintivamente apretó la mano de su compañero con fuerza.
Koan emitió un gruñido profundo y gutural cuando sintió que el lobo de su compañera se quejaba. Solo había una mujer que pudiera hacer que Nancy se sintiera tan terrible y asustada.
Su malvada madrastra.
Sin duda alguna sabía que era ella.
Los demás se echaron para atrás, pensando que iba a felicitar a su hija, pero Royce, Cardin y Talia sabían mejor y solo esperaban para ver la reacción de Koan cuando se enterara de que Nancy había sufrido abusos físicos, emocionales y mentales por su parte.
Alfa Henry apretó los dientes y se levantó. ¿Qué estaba planeando esta mujer loca?
Luna Ángela, consciente de que más de mil personas de todas las manadas del territorio de hombres lobo tenían los ojos puestos en ellos, decidió que este sería el momento y lugar adecuados para humillar a su hijastra.