Se escucharon gritos en un aula, y varios jóvenes lindos fueron vistos desde la ventana mientras miraban la horrorosa escena del El Predeterminado arrastrando a Naomi con su gran mano, enrollada alrededor de sus tobillos. Se inclinaba sobre ella, su saliva hambrienta goteando sobre su ropa.
Había una gran herida en su frente que sangraba profusamente, pero ella no dejaba de forcejear mientras él la arrastraba descuidadamente por el suelo como una alfombra sucia.
Había una mirada aterrorizada en sus ojos, pero mientras él seguía arrastrándola, ella vio su daga a una pulgada de distancia; donde se había caído de la pelea, y estiró su mano, enrollando sus dedos alrededor del mango con facilidad.