—¿Qué es esto? —un anciano exigió con dureza, casi escupiendo sangre—. ¿A qué te refieres?
—Si te costó comprender anteriormente, entonces lo dejaré claro para ti —se giró hacia la multitud con esos oscuros ojos intimidantes que poseía—. ...y para todos aquí, que ella es mi hermana. Naomi es mi hermana. Ella es la legítima gobernante real de los Kitsunes, y ella es su pareja —se refería a Daniel esta vez.
—No puedes creer seriamente todo lo que ella te debe haber dicho —otro dijo acusadoramente, y las dos orejas, erguidas en la punta de la cabeza de Naomi, se cayeron al escuchar sus palabras. Su corazón se encogió como un pedazo de papel arrugado al oír las dudas en su voz y temía no poder soportarlo más y estallar en lágrimas.
—Ella y su gente son los que incluso empezaron todo este alboroto que casi nos extermina a todos de la existencia. Los Kitsunes y los Hombres Lobo han sido enemigos durante tantas décadas...