Al escuchar su furiosa voz, Nancy finalmente sonrió, como si hubiera estado esperando ese tono en su voz.
Ira.
—¿Listo para enfrentarme ahora? —preguntó sin voltear.
—Suéltalos —él ordenó.
—Lo haré. DESPUÉS de haberles arrancado la cabeza del cuerpo.
Raiden de repente se lanzó hacia ella de tal manera que Talia y Liliana rodaron a sus lados mientras él sujetaba a Nancy en el suelo, sujetándole la muñeca.
Ella intentó moverse, pero estaba inesperadamente inmovilizada, por lo tanto, con Raiden encima, él tenía la ventaja.
—¿Quién te mandó aquí? —preguntó Koan, agachándose para estar frente a ella, observando su lucha.
—¿Por qué no te llevo allá... luego puedes hacer tus preguntas? —ofreció Nancy con desdén.
—¿Llevarme a dónde?
Nancy no respondió, solo extendió ambas piernas, sacudiendo a Raiden de encima de ella. No cayó, pero rodó en el suelo hasta quedar de rodillas y puños.