Ella movió su mano hacia adelante, intentando empujarlo lejos de ella, pero terminó enrollando sus manos alrededor de su camisa, apretándola fuerte con la cabeza echada hacia atrás, dándole una vista de su garganta.
Sin previo aviso, se acercó y rozó sus labios contra su garganta desnuda, ganándose un suspiro del pequeño cuerpo debajo de él, acompañado por un pequeño gemido mientras él hundía su rodilla entre sus piernas, moviéndola lentamente como si buscara algo.
—Daniel... Da... Daniel no me siento... cómoda.—Ella frunció la cara como si estuviera en dolor. Este sentimiento era tan nuevo para ella. Había un dolor palpitante entre sus piernas, como si anhelara algo... como si fuera una picazón... no podía explicarlo. Su rodilla no era suficiente para saciarla. Simplemente no sabía lo que quería. Pero de repente tenía hambre de algo.
Abrió los ojos y Daniel pudo ver un destello de oro oscuro en sus ojos, engullendo su color de ojos anterior — azul.