Ella se estremeció al encontrarse con su mirada gélida que emanaba de los ojos azul metálico y retrocedió un paso.
—Yo... —Él la interrumpió antes de que ella pudiera decir nada.
—¿Por qué estás aquí? —Ella parpadeó sorprendida. Sabía que por alguna razón él estaba enfadado con ella, pero ni siquiera parecía sorprendido de que ella hubiera regresado. Parecía que ni siquiera estaba feliz de verla.
Vio a Dora bajando las escaleras y cruzó miradas con ella antes de alejarse de Daniel.
—Disculpa —sin esperar ninguna reacción de él, se fue a preparar el desayuno. Mientras bajaba las escaleras, sus ojos se encontraron con los fríos de Dora.