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—¿Una gran empresa?
Al escuchar estas palabras, Wang Ye se sintió muy ajeno. Esa terminología nunca había aparecido en la mente de Wang Ye.
Todo el tiempo, Wang Ye había vivido en un estado de simplicidad. Para él, la estabilidad era el objetivo de la vida.
Sin embargo, ahora también estaba cambiando gradualmente. Aunque solo había bajado de la montaña por unos pocos días, Wang Ye ya había visto y experimentado mucho.
Esas cosas le hicieron darse cuenta de que para sobrevivir fuera de la puerta de la montaña, uno no podía ser demasiado ordinario.
Al ver que Wang Ye no respondía, solo perdido en sus pensamientos, Fang Feifei continuó hablando —Wang Ye, solo estaba hablando casualmente. Tal vez es porque soy una plebeya, incapaz de alcanzar tu nivel. Alguien como tú, una persona noble, debería estar oculto entre las masas. El bullicio del mundo mortal no te perturbará.
