—¿Decenas de millones?! —exclamó sorprendida Zhao Ruoxi.
—¿No se pueden comprar coches buenos? —Zhao Ruoxi quedó impactada al escuchar las palabras de Wang Ye.
—¿Ya era el Maestro Wang tan impresionante hablando al estilo de Versalles? —Zhao Ruoxi echó otro vistazo a Wang Ye.
El problema era que, desde el tono del discurso de Wang Ye, no había ni un atisbo de afectación versallesca. Era como si Wang Ye de verdad pensara de esa manera. Fiel a su título de Maestro, había dominado el arte de la literatura de Versalles a un nivel trascendental.
—¿Entonces, Maestro Wang, en qué rango de precios está pensando para un coche? —le preguntó a Wang Ye. Como el Maestro Wang era tan de Versalles al respecto.
—¿Tienen coches que cuesten más de diez millones? —preguntó Wang Ye.
—¿Más de diez millones? —Zhao Ruoxi exclamó sorprendida.