Las cuatro personas en la mesa contigua se acomodaron en sus asientos.
En ese momento, He Lei se dirigió a Wang Ye —Señor, ¿tendría el honor de saber su nombre?
—Wang Ye.
—Un placer conocerlo, Wang Ye. Soy He Lei.
—Hola.
—Sr. Wang, ¿puedo preguntar en dónde trabaja actualmente? —He Lei continuó preguntando.
Sin embargo, Fang Feifei, al ver a He Lei continuar así, lo interrumpió directamente —He Lei, deja de decir tonterías y ordena la comida.
Pero He Lei solo sonrió ligeramente —Feifei, solo quiero conocer al Sr. Wang y aprender un poco sobre él. ¿Qué tiene de malo eso?
—Es un taoísta que acaba de bajar de la montaña —interrumpió Su Wanqing, respondiendo por Wang Ye.
—¿Ah? ¡Un taoísta! En estos tiempos, ¡pensar que aún hay gente que se vuelve taoísta! —Una expresión burlona apareció rápidamente en el rostro de He Lei.
—He Lei, ¿qué quieres decir con eso? ¿Qué tiene de malo ser taoísta? —Fang Feifei preguntó, algo disgustada.