Ante dos hombres corpulentos que cargaban directamente hacia él, Wang Ye no mostró ni un ápice de pánico en su rostro.
Se dio la vuelta, miró a Fang Feifei detrás de él y le sonrió.
Noche.
La luz de la luna iluminaba directamente el rostro de Wang Ye. La luz lunar bañaba su rostro no con un rastro de encanto, sino que lo hacía parecer a la vez gentil y ferozmente salvaje.
—No es necesario correr, solo son dos don nadie.
Sin embargo, Fang Feifei no tomó en serio las palabras de Wang Ye porque, en su visión, dos guerreros salvajes atacaban conjuntamente a Wang Ye por detrás.
Sus puños, como meteoros cayendo del cielo, emitían un viento "zumbante" mientras descendían, aparentemente capaces de pulverizar todo en el mundo hasta la inexistencia.
—Ten cuidado.
Incluso cuando Fang Feifei enfrentó un peligro momentos atrás, logró mantener la calma en el último momento antes de que el puño del oponente pudiera golpear.
