Condado de Xi, suburbio.
Tan Long aparcó el coche frente a una casa, una casa que, junto con el área al lado, había estado deshabitada durante mucho tiempo.
Desolada y abandonada.
Wang Ye y Su Wanqing salieron del coche, siendo Tan Long el último en descender.
Una vez fuera del coche, Wang Ye miró a su alrededor y pronto divisó un mástil junto a ellos.
Era el mismo mástil que había surgido en la memoria de Wang Ye.
El entorno circundante era casi el mismo que el último vislumbre que tuvo antes de que su memoria comenzara a desfragmentarse.
—¿Es este el lugar? —Su Wanqing miró a Wang Ye. Aunque era donde Su Wanqing había vivido de niña, también temía que algo inesperado pudiera suceder.
—Es. —Wang Ye respondió, recordando la vista desde dentro de su mente y localizando la casa donde Su Wanqing y él habían vivido de niños.
Tan Long permaneció callado al lado, sin saber la razón de la visita de Wang Ye y Su Wanqing a este lugar.
Él era solo el conductor de Wang Ye.
Crujido.
