Al escuchar las palabras de Zhao Tengqi,
Qin Chen se volvió cada vez más curioso acerca del Reino Secreto de Qi del Dragón.
—¡Hemos llegado!
Zhao Tengqi detuvo el Barco de Viaje Marítimo —Esta es la isla donde vivo, Isla Baiyue.
Qin Chen siguió a Zhao Tengqi hasta la Isla Baiyue.
La isla no era particularmente grande, pero sí excepcionalmente delicada.
En todas partes había árboles y bambú, un lugar verdaderamente sereno y pacífico.
—Yo vivo aquí.
Zhao Tengqi señaló una casa de bambú —Siéntete libre de elegir cualquier casa para alojarte.
Zhao Tengqi dijo con una sonrisa.
Qin Chen miró a su alrededor. Al no ser especialmente exigente, simplemente eligió una casa de bambú limpia y entró.
Lin Songyun se mudó a la casa de bambú junto a la de Qin Chen.
Las tres casas de bambú estaban conectadas.
—¡Hermano Qin, la última vez en la Torre Mental del Estado del Trueno, te vencí y acordamos una revancha!
—¿Hoy podríamos pelear una vez más?
