El día siguiente.
El campamento del Tercer Equipo de Mil Hombres.
—¡Captúrenlos a todos!
—Tang Zhou lideraba al equipo, emitiendo la orden directa.
—¿Qué está pasando?
—¿Por qué nos están capturando?
—Tang Zhou, ¿qué quieres decir?
Dentro del campamento del Tercer Equipo de Mil Hombres, estalló un alboroto.
Zhang Xin y otros miraron a Tang Zhou, sus ojos llenos de ira.
—Si Qin Chen no aparece, entonces todos pueden esperar la muerte.
—Tang Zhou sonrió fríamente.
—¡Jajajaja!
Detrás de Tang Zhou, Yang Zhi soltó una risa maniaca.
—¡Maldición! Tang Zhou, nosotros también somos Guardias del Continente de Sangre, no puedes simplemente capturarnos, la Secta del Continente de Sangre no te dejará salirte con la tuya!
—Zhang Xin rugió enfurecido.
—¿Ah, sí? La Isla Piedra Voladora está increíblemente lejos de la Secta del Continente de Sangre.
—Además, dado que ninguno de ustedes siquiera tiene rango de oficial, incluso si los matáramos, ¿qué importaría?