—Oh, cállate, Reed. Lloras por tonterías más de lo que Ryan lloró en toda su infancia —le dijo ella—, y también colocó sus armas con las demás. —¿Por qué estás de mal humor hoy? ¿Nuestra beta Jenny te pateó el trasero por la mañana? —ante esto Reed dejó caer sus hombros y respiró hondo y cansado.