—Me incliné más hacia ella hasta que solo quedaban unos centímetros entre nosotros... {para, tío, no me lo pongas difícil para controlarme}. Se había encogido tanto como pudo y su mirada estaba fija en el suelo.
—Mírame —susurré. Esperé a que obedeciera, pero no hizo nada y tembló... {¿Es cruel que me guste este tipo de efecto en ella?}... —Mírame, Chicky —susurré de nuevo y finalmente, después de unos segundos, me miró a los ojos. Nunca lo había aceptado antes, pero sus ojos eran lo que más me atraía de ella. Para otros, ella solo tenía ojos negros comunes, pero cuando miras con atención, puedes ver los asombrosos detalles en sus ojos. Sus ojos tienen muchos tonos diferentes del color del chocolate oscuro... {eso no es sorprendente, sin embargo. Se convertiría completamente en chocolate si siguiera consumiendo tanto chocolate todos los días}. Puedo ver tantas emociones girando en sus ojos.