Helanie:
—Vamos, apóyate en mí —dijo Jenny en cuanto entró y vio mi estado. Inmediatamente se puso en modo comando total.
Había estado en el baño durante lo que parecían siglos, mirando la sangre acumulándose entre mis piernas. La vista sola ya era suficiente para hacerme sentir débil. Luego, de la nada, rompí a llorar—abarrotada de miedo.
La primera persona en venir a verme fue la última persona que esperaba: Lamar.
Extrañamente, confiaba en él. De alguna manera, logró calmarme lo suficiente como para traer a Jenny conmigo.
Ahora, Lamar esperaba afuera mientras Jenny hacía lo posible por cuidarme. Limpió mis piernas y me persuadió para que me levantara, su voz firme pero amable, intentando animarme. Quería sacarme de allí para obtener la ayuda de Lamar, aunque no tenía idea de qué tenían planeado.
—No quiero ir a ningún hospital —susurré, aferrándome al hombro de Jenny en busca de apoyo.
—No tienes que hacerlo —me aseguró, su tono constante y reconfortante.