Kaye:
Estábamos observando la cara de Emmet en shock. Pero a él no parecía preocuparle mucho nuestras miradas, como si poner un rastreador en la pulsera de alguien no fuera gran cosa.
—¿Un rastreador, Emmet? —mi voz se elevó bruscamente cuando finalmente perdí la compostura. Dejé caer el trozo de pizza medio comido de vuelta en mi plato, atrayendo la atención de todos hacia mi cara—. ¿La estás rastreando ahora?
—Ella sabe —Emmet rodó los ojos, su actitud casual solo alimentaba mi enojo.
—¿Y ella "te dejó" darle esa pulsera? —pregunté, mi frustración aumentando. Estábamos teniendo un debate acalorado, y Emmet apenas parecía lo suficientemente molesto como para responder.
Maximus esperó a que él respondiera la pregunta, y Emmet finalmente pareció darse cuenta de que nuestra ansiedad estaba creciendo segundo a segundo.