—La noche estaba tan tranquila que en cuanto me acosté en la cama, me quedé dormida al instante, como si hubiera caído en coma —Helanie—. Pero a media noche, me despertó el sonido de alguien cerrando con fuerza la puerta del balcón.
—Gruñendo, me senté y miré hacia el balcón —Lamar había cerrado la puerta después de salir a fumar. A través del vidrio, podía verlo caminar de un lado a otro, con un cigarrillo en la mano. Se veía inquieto.
—Si hubiera sido cualquier otra persona, quizás hubiera ido a ver qué le pasaba, pero era Lamar—el chico que más odiaba. Así que decidí volver a acostarme.
—Cerré los ojos, esperando volver a quedarme dormida. Pero entonces escuché que la puerta del balcón se abría lentamente y los pasos se acercaban a mi cama —mi corazón dio un vuelco al darme cuenta.
—Me incorporé de golpe, mi mente inundada de miedo pensando que estaba a punto de hacer algo terrible. Pero cuando miré, allí estaba él, de pie al borde de mi cama con la cabeza inclinada.