—Vamos, Evaline, ¿dónde estás? —Tenía mi móvil junto a la oreja, un hermoso vestido blanco descansando en una funda para mi hermana.
Ella había cumplido dieciocho años anoche, pero tuve que comprar tantas cosas para ella todo el día que esperamos la noche para las celebraciones.
Además, hoy tenía su último examen. Estaba bastante emocionado por ella.
Horneé un pastel por primera vez y también iba a sorprenderla con un apartamento que compré para nosotras.
Un lugar donde mi hermana y yo viviríamos como una familia sin ningún miedo de ser desalojadas nunca más.
—La vida va a ser perfecta para ti, mi hermanita —coloqué las velas en el pastel, preocupado de si ella llegaría ahora.
Era pasada la medianoche, y me preguntaba si ya habían terminado sus celebraciones con sus amigos. Ella había hecho muchos amigos en su vida, y yo solo la tenía a ella como amiga.
No quería ocuparme de otras actividades que me llevaran a perder el enfoque en proveer para Evaline.