Nací en Estados Unidos, en Oregon para ser específicos. Mi vida siempre fue de lo común en un chico de 16 años con actividades de alguien de esa edad, ir a la escuela, ayudar en casa, salir con amigos y prácticamente disfrutar de mi juventud, no tenia ningún problema durante esa etapa de mi crecimiento, pero un día todo sería arrebatado de mi de una manera abrupta.
Una noche de regreso de la casa de uno de mis amigos sufrí un intento de asalto que terminó mal, me quise defender pero no tuve la suficiente fuerza para poder protegerme y salir ileso, termine gravemente herido y para colmo de males no había nadie quien pudiera auxiliarme, solo pude observar el rostro de aquel tipo que mostraba una expresión de miedo y ansiedad tras haberme apuñalado, ni siquiera tomo mis pertenencia el solo se largó del lugar corriendo. Cada vez que el tiempo avanzaba sentía como un frío se extendía desde mis extremidades y el calor se acumulaba en aquella herida, de verdad sentía dolor pero por alguna razón no tenía miedo de lo que me pudiera pasar, aun así me negaba a morir.
– No quiero…morir – De verdad disfrutaba mucho mis días y el pensar que terminarían de esa forma, me daba grima esta situación y era algo que fue incrementando conforme mi conciencia se desvanecía poco a poco.
– Si tuviera el poder de cambiarlo… – Fue lo último que pronuncié antes de que me sintiera paralizado por completo. Justo antes de cerrar los ojos y poner total fin a mi vida pude ver una silueta de una persona a lo lejos, después de eso se cerraron y ya no pude ver más.
Espero que esa persona pueda hacer justicia por mí.
Eso fue lo que me vino a la mente al morir, espero que lo que sea de mi, sea algo bueno.
XXX
Después de un rato sentí un calor abrasador y cálido, me hacía pensar que ya había vivido este tipo de sensación pero no sabia de donde.
Todo estaba oscuro, pensé que iría en una especie de limbo, y no es que yo fuera un creyente religioso o fanático, era una persona que le gustaba experimentar de todo pero con moderación y esto me hacía sentir que era y a la vez no era un pecador según el catolicismo, así que siempre creí que cuando falleciera me encontraría en el limbo y no en el cielo o el infierno. Justo después de tener esos pensamientos sentí como algo me hacía presión en todo el cuerpo, se sentía como si me estuvieran empujando hacia un lugar, en ese momento era capaz de mover brazos y piernas pero me daban una sensación de poca coordinación o motricidad así que no me veía capaz de hacer gran cosa con las extremidades, además de que las sentía con algo de fragilidad.
Esto es extraño, mi cuerpo se siente muy raro…a lo mejor es así cómo se debe sentir ser un alma en pena.
Momentos después de pensar en ello vislumbre una gran fuente de luz, bastante intensa diría yo… o es por el cambio de oscuridad a algo extremadamente brillante.
Mis ojos comenzaron a adaptarse a este cambio tan brusco lo que me permitía visualizar un poco mejor las formas que podía localizar con la vista, fue cuando recuperé totalmente el sentido de la vista que me di cuenta de algo increíble.
– Felicidades, es un niño. – No entendí lo que dijo ese señor pero por lo que según sé, "Niño" es la traducción del español de "Boy", eso fue lo único que entendí y fue gracias a ciertas series que llegué a ver que pude identificar esa palabra, parece que hablan español.
Después de descifrar una palabra de lo que dijo el señor y saber que era español, me percate de varias cosas en el lugar, se encontraban enfermeras y una chica postrada en una camilla en la cual observe a un tipo a su lado, ellos dos me estaban observando con lágrimas en ojos y una pequeña sonrisa, esto es demasiada información como para no pensar en una conclusión sobre esto, aun así quise observar mis manos e intentar hablar.
– Baah blah – Si, soy un bebe.
Al principio creí que estaba viviendo un sueño, pero ya después de 2 años me di cuenta de que era imposible que lo fuera, y claro que me sentí emocionado por saber que reencarne, sin embargo me daba miedo lo que podría conllevar este suceso.
XXX
Para poder existir en esta nueva vida y poder comprender lo que mis padres y las personas decían, decidí hacerme el que no sabía nada de lenguajes, hacer de cuenta que no sabía hablar y que este sería el idioma base de esta vida que llevaré. Aprendí español rapido, el convivir del diario con personas que lo practican ayuda mucho en el proceso de aprendizaje, aun así me era difícil despegarme del inglés así que opté por usarlo una vez que tuviera dominado el español, eso sí, lo hablaba mentalmente de vez en cuando para no perder mi idioma original.
A la edad de 5 años ya podía hablar bien el español, no tan fluido por que mi boca se llegaba a trabar pero si podía formular oraciones y poder expresarlas bien, eso sorprendió a mis padres y me felicitaron mucho por eso, se sentía bien eso pero era extraño que llames padres a otras personas siendo que tenías otros en una vida pasada, es un sentimiento algo confuso de explicar.
Por cierto, el nombre que me dieron en esa vida era Juan, sentía que tenía parecido a mi nombre anterior, Jhon.
A la edad de 10 años me sentía un poco más fuerte, podía hablar mucho mejor el español junto al inglés ya que es mi idioma original, aun así no lo ocupaba mucho solo para tomar ciertas notas personales y para hablar conmigo mismo, claro, también lo usaba para sacar excelencia en mis clases de inglés.
A mis 15 años mi vida transcurría normal, estudiaba la preparatoria y tenía calificaciones excelentes, la vida era como en aquel pasado que tuve, recordarlo me hacía sentir algo mal y me generaba una idea. Muchas de las veces que tenia ciertos sentimientos llegaba a mi la idea de ir a visitar a mi familia anterior, extrañaba mucho a mi hermano y a mis padres y el considerarlo algo posible de hacer no se me hacia mala idea, pero lo llegue a analizar mejor y me di cuenta de que no seria bueno verlos, por más que me duela, el que me presente ante ellos de esta forma sería un shock muy grande y alteraría mucho de sus vidas, preferiría dejar las cosas así. Espero que ellos estén bien.
Llegue a la edad de 17 años, un día me encontraba de regreso a casa de uno de mis entrenamientos de karate, esto mientras podía presenciar un muy hermoso atardecer, no era fan de este tipo de cosas pero debía admitir que lo que veían mis ojos era sin lugar a dudas algo hermoso.
Mientras más caminaba se hacía menos distante mi mi hogar, y mientras más caminaba más oscuro se ponía la ciudad.
Me trae un recuerdo desagradable este momento.
Justo ese ambiente me recordaba a cuando fui asesinado, me dio un pequeño escalofrío en la espalda al tener eso en mente y, siendo franco, creo que fue una señal porque en ese momento ocurrió lo de aquella vez. Justo al girar para tomar un atajo por un callejón fui emboscado por un hombre de mediana edad el cual empuñaba una navaja en su mano izquierda y la cual acerco a mi cuello tan rápido como fuera posible.
– Quieto chamaco, mas vale hagas lo que te diga que si no, te mato. –
Esas palabras me erizaron la piel pero estaba dispuesto a entregarle mis pertenencias y no oponerme, no quería terminar como la otra vez. Eleve mis manos lentamente dando a entender que estaba en su disposición…aun así no esperaba lo que sucedería después.
El tipo me sometió con la navaja y me llevó a un lugar bastante escondido del callejón, cuando llegamos ahí me percate de que no era el único en esta situación, pues detrás de algunas chatarras que se encontraban ahí yacía una mujer joven, tirada y herida.
– ¡Eyacula en ella, hazlo o te chingo ahora mismo! – Cuando termino de decir eso me empujo hacia donde ella se encontraba.
Al parecer la mujer había sido violada, y la idea de este tipo era echarle la culpa a otro, esto es demasiado, creí que quería mi dinero pero al ver esto no me quedaría con las manos cruzadas y dejaría usar como su chivo expiatorio, en ese momento no me quedo de otra que mas que poner en práctica mis habilidades de karate, las cuales no eran excelentes pero me hacían capaz de hacer frente a un tipo como este, no lo intente hacer desde un inicio por que podía ser muy arriesgado siendo que él llevaba un arma de corto alcance consigo, pero justo por eso mismo es que podría haber una posibilidad de lograrlo y eso se haría dando todo mi esfuerzo.
Me dispuse a dar una media vuelta en posición de guardia, el tipo entendió lo que pasaría y eso mantuvo en total alerta, en eso el me dirigió unas dulces palabras.
– ¡Eres un pendejo! – Con eso aquel señor empuño con fuerza su navaja, pude notar que se encontraba nervioso, de un momento a otro aquel tipejo se puso a correr en mi dirección queriendo embestir con su navaja, pero fue justo eso lo que hizo que el perdiera esta contienda, pude moverme rápido y tomar su mano con la cual sostenía la navaja, le lance un puñetazo limpio al rostro lo que lo hizo retroceder unos pasos y me dio la ventaja de lanzar mi siguiente golpe, una patada certera a las costillas, con eso el tipo se distancio más y pude notar que si lo lastime ya que sostuvo con su mano el costado de su torso y con ello escupió algo de sangre.
– Pinche chamaco, ahora si me hiciste encabronar. – Enseguida de eso el tipo dejó de sostener su costado para meter la mano dentro de su chaqueta y sacar algo que no pude ver ni pensar que tendría.
¡BANG!
Ese cabrón me disparó en el pecho haciendo que cayera al suelo, y no le bastó porque se acercó a mí y acciono otros 3 disparos de su arma, pude observar su rostro el cual mostraba dolor mezclado con rabia y odio hacia mi persona por lo que le hice a sus costillas, despues de haberme observado por un instante y de haberme escupido también, aquel tipo se retiró del lugar tan rápido como pudo mientras maldecía como desquiciado. Mi cuerpo se hacía frío y el calor que contenía se liberaba en cada uno de los agujeros en mi pecho, esto se complemento con un dolor excesivo que me hacían querer dejar de respirar, pero lo hacía con tal de aferrarme a la vida, una vida que se escapaba de mis mano de nuevo.
– Si…tan solo pudiera– Si tan solo dios me hubiera dado más fuerza.
Un instante después sentí unas manos sujetando mi cabeza y apoyándola en algo cómodo y cálido
– Muchas gracias por ayudarme. – Me encontraba en el regazo de aquella chica que estaba en ese lugar y de la cual me había olvidado por todo lo ocurrido, me alegro de que esté bien.
– Espero que nos volvamos a ver… – Seguido de eso, aquella mujer me beso la frente, un beso que provocó una sensación rara en mi, era algo indescriptible pero algo en ese beso me hizo sentir de esa manera, pero no tenía importancia pensarlo ya que unos segundos después fallecí por segunda vez.
Aun así, con mi mente en un lugar de total oscuridad surgió una duda.
– ¿A qué se refería esa mujer con volvernos a ver? –
XXX
Después de ese suceso volví a reencarnar, pero esta vez en otro país, con otro nombre, otro idioma, otros padre, y otras tantas cosas.
Para no hacerla de largas, mi vida no pasó de los 17 años de nueva cuenta, me asesinaron y a la par de ello fue ahí donde caí en cuenta a lo que se refería aquella mujer de mi segunda vida, pues esta vez ella se encontraba en ese lugar observando toda la escena. Creí que era una mala jugada que me hacían mis ojos, y pude seguir pensando de esa manera hasta que reencarne por cuarta vez y todo volvió a ocurrir, fallecí a la misma edad de antes y en la escena vislumbre a esa mujer de nuevo. Reencarné una y otra vez y en cada una de esas vidas no pasaba de los 17 años, mis muertes sucedieron de distintas formas, mas rápido o mas lento era mi sufrimiento, no importaba si me podía defender o si tenía la capacidad para huir, algo ocurría que terminaba con mi vida en ese mismo momento.
Era desesperante para mi el reencarnar después de un suceso como ese, me daba miedo hacer cualquier cosa, ni siquiera llegaba a salir de casa y aun así moria por razones que podía considerar estúpidas. En total, reencarne 17 veces en el mismo mundo, curioso que sean 17 siendo que mi vida terminaba a mis 17 años, eso lo hacía aún más una mierda, pero fue justamente en mi reencarnación número 18 en donde todo cambio.–#$%&"!. – No se que mierda dijo en ese momento, ni siquiera se comparaba a cualquier idioma en este mundo, pensé que era una lengua africana, pero todos en el lugar eran demasiado blancos para ser de África, no es que sea racista pero ni pensar que alguien así hable en alguna lengua de África con total normalidad, además, ya había escuchado un poco del africano y no tenía ninguna similitud a este idioma.
Debía mencionar que el lugar en donde estaba ahora era un poco…raro, esta familia debería ser amante de lo medieval por que hasta parece que le pidieron al medico hacerlo todo de forma salvaje y esto mientras los presentes hacían cosplay de esa época, no había anestesia ni máquinas para ver el pulso y esas cosas solo toallas y una cama bastante hogareña, hablando de la cama, también el lugar se veía muy rústico, o nací en un pueblito o en una época distinta.
Pues ni una ni otra, había nacido en otro mundo, lo digo por que cuando salí junto a mis nuevos padres de aquel "Hospital" pude observar que en el lugar rondaban personas de distintas apariencias y muy extravagantes, hombres lagarto, humanos con cuernos en la cabeza y algunos que otros centauros, esta situación me estaba volando la cabeza de todo lo que mis ojos veían.
XXX
Pasaron algunos años y mi percepción de las cosas era muy distinto
a la de antes, esto gracias al nuevo mundo en el que me encontraba, se regía de caballeros y magos, personas increíblemente poderosas. Entrené con la espada para hacerme fuerte y poder luchar contra monstruos y explorar algunas cuevas altamente peligrosas con mi padre, ya que él era un aventurero muy reconocido y bastante fuerte, esta vida seguía transcurriendo con toda normalidad, me sentía más perteneciente de esta que de las anteriores..
Otra vez, otra vez mi comodidad y felicidad se fueron al carajo cuando volví a tener la edad de 17 años, sentía que podía dejar de tener miedo de esta maldición que me perseguía cada que tenía una reencarnaba, lamentablemente esa idea dejo mi mente cuando comencé a presenciar un evento que estremeció todo mi ser e hizo que perdiera toda esperanza de vivir una vida larga y feliz en este mundo.
Todo comenzó durante un día de caza, un grupo de 5 personas conformado por mi padre, yo y otros 3 tipos más nos adentramos a una cueva donde se emanaba una gran cantidad de magia y que atraía monstruos al área y por lo tanto a la aldea también. Comenzamos la expedición adentrándonos más y más en la cueva, llegamos a un punto en donde nos encontramos con una choza algo pequeña y muy sencilla, lo que nos pareció raro de esto no fue el único hecho de ver esa cosa aquí, si no que también tenia una luz dentro de ella y que hacia sombra de una persona dentro, desde ese punto comenzó la pesadilla.
Al entrar en aquella choza no pudimos ver a la persona que pensamos estaría dentro, pensamos que fue una ilusión, una sugestión por tanta presión que hemos estado imaginando cosas, pero no fue así, antes de salir de aquel lugar nuestros cuerpos comenzaron a sentirse extraños, algo ahí cambio pero no sabíamos que, aun así no le dimos importancia y decidimos salir de esa casita para después percatamos de que todo el sitio se envolvió en una completa oscuridad, era como un vacío algo así como el espacio exterior pero sin estrellas ni planetas, solo la nada, en eso una persona surgió de toda esa soledad y se impuso frente a nosotros elevándose por las alturas y extendiendo las manos, ahí me percate de algo importante.
– ¿¡Qué mierda sucede!? – Gritó uno de nuestros compañeros mientras todo comenzaba a vibrar
Estaban ocurriendo muchas cosas que me hacían quedar en un estado catatónico, pero no eran esa serie de sucesos lo que me hicieron estar en este estado, fue el hecho de saber quien es la persona que teníamos de frente…esa persona era esa chica que siempre estuvo en cada una de mis muertes, espectando mi sufrimiento.
– ¡Ferik! cubre mi espalda ....¿Ferik? – Aquel tipo el cual mi padre llamaba con tanta desesperación no respondía, no se sabia la razón hasta que vimos como un charco de sangre se extendida por los pies tanto de mi padre como los míos, los 3 tipos que estaban con nosotros fueron asesinados, uno fue destripado brutalmente dejando sus órganos expuestos por el suelo; el otro tenia su cabeza reventada; y el ultimo tipo se encontraba machacado en el suelo, como si lo hubieran retorcido tal muñeco de trapo. Todo eso sucedía por esa mujer, esa maldita mujer es quien me estaba acechando, quien me estaba impidiendo ser feliz era ella y no podía quedarme parado así sin más. Fue en esa nube de pensamientos de la que me sacó mi padre.
– Hijo sal de aquí, por lo menos debe salir uno con vida de este sitio, yo te cubriré así que corre. – Mi padre me pedía huir pero mis piernas no respondían, quería ayudarlo en la pelea pero tampoco me reaccionaba los brazos, me quedé totalmente inmóvil ante esta situación, fue ahí cuando sucedió tan de repente frente a mi.
– ¡HIJO, SAL DE…! – Ni siquiera terminó su oración y su cuerpo fue desgarrado en 3 partes frente mis narices, sus piernas separadas del torso y parte de su pecho también fue separado del resto de su cuerpo, ambos brazos fueron rebanados por igual aun sujetando su espada. Mientras observaba cómo su cuerpo cercenado caía al suelo pude escuchar la voz de aquella mujer, igual a la voz que escuche en la muerte de mi segunda vida pero con la diferencia de que lo que me dijo era algo totalmente diferente.
– Este no es el mundo en el que debes de estar. Siento hacerte pasar por esto de nuevo. – Segundo después de escuchar sus palabras, todo dio vueltas y al siguiente momento comencé a observar todo desde el suelo, pude ver la armadura que traía puesta y como esta caía al suelo muy repentinamente.
Mi cabeza fue separada de su cuerpo dando fin a mi vida de nueva cuenta.