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Explorando las profundidades en el oscuro.

DaoistI5Wpu8
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Synopsis
Therion es un astrónomo Norkvark que tras conocer a Pelmos y ser salvado por el lo acompaña en una cruzada para buscar el Arcanum. Teniendo que enfrentarse a las profundidades del océano y darse cuenta que el mundo es más grande de lo que pensaba.
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Chapter 1 - Explosión de Adrenalina

"Que el mundo me caiga encima"

La vida es tortuosa…

"Los astros se unan, o los mares desaparezcan"

Estamos condenados a vivir en un ciclo. No importa que te propongas siempre sentirás el dolor, así como ahora… Ame a una mujer con toda mi alma, entregué todo de mi. Y aquí estoy, viendo como sonríe en los brazos de otro.

"Pero tú nunca te vayas de mi lado"

Crecemos sin propósito, deambulamos por la vida sin saber ¿por qué? Muchas veces me he perdido, sin tener idea de qué hacer conmigo. El tiempo ahora se me acabó, y solo quisiera haber invertido más de mi tiempo en una solución, antes de seguir dándole vueltas al problema.

Ahí está ella, sonriendo, con esa mirada tan pequeña e inofensiva pero a la vez tan dulce. Está siendo abrazada por quién una vez fue mi único amigo. Y lo peor de todo para mi es saber que esas palabras que él le está dedicando no fueron escritas por él.

"Nunca me habían dicho algo tan dulce"

Sara empezó a llorar, conteniendo el llanto de a poco mientras se apoyaba en los hombros de ese bastardo. No me demoré mucho en esconderme, caí rendido mientras me apoyaba en una pared y sentía como cambiaba todo a mi alrededor.

"La marea está algo tranquila…"

Sentí por unos instantes el agua de la costa y me decidí por sumergirme para escapar de ahí. Sentí como el agua a mi alrededor estaba más caliente, como si me acariciara incluso… Mire por unos segundos la luz de la luna que llegaba como una imagen borrosa a los fondos del mar y me retire furioso, con un dolor en el pecho.

Los mares son crueles… Nos guían por corrientes que, muchas veces, no estamos preparados para enfrentar.

Nosotros los Norkvarks solemos ser muy orgullosos. Nunca nadie es capaz de reconocer algo, siempre pensamos que nuestra opinión siempre es la correcta. Cuando otros me pedían consejos siempre terminabamos discutiendo, pero era al momento de hacer las cosas que se daban cuenta que tenía razón.

En momentos como ahora, que nado entre la multitud, puedo ver sus rostros, y sentirme ajeno a todos ellos. No puedo ver una imagen clara cuando los veo a la cara. Me he separado de mi familia, me he matado estudiando las estrellas y me había olvidado de todo lo demás. Ahora que la perdí a ella, ¿Que me queda?

Finalmente llegó a mi espacio de estudio, pequeño, pero mínimamente es algo… Me balanceé hasta una butaca, y me recosté sobre la mesa mientras miraba hacia la inmensidad del mar. La oscuridad del mar es cruel

"Disculpa"

Entonces, escuché una voz pequeña, casi imperceptible. Voltee a mirar y era un Manarid: Tenía un cuerpo rechoncho Pero firme, como diría mi profesor. Media casi lo mismo que yo, metro ochenta.

"Usted es el tal Therion"

"Si Soy yo"

Mire de arriba a abajo al tipo enfrente mío, sus ojos eran pequeños pero expresivos. Me recordaban a la mirada de Sara… Sus aletas eran largas y musculosas a diferencia de sus piernas que eran más pequeñas y algo gordas.

"Usted estudia las estrellas, ¿verdad?"

"Así es"

Vi como el Manarid agarraba una especie de escudo compuesto de una concha, que traía en la espalda.

"Un placer conocerlo señor, mi nombre es Pelmos"

Pelmos me estrechó la aleta mientras me miraba a los ojos con una sonrisa dibujada en el hocico.

"¿Qué es lo que necesitaba?"

Dije mientras miraba con extrañeza al sujeto y la cercanía que me estaba mostrando. Nunca había visto a alguien tan confianzudo, sobre todo cuando para él soy un mero desconocido.

"Ah sí, sobre eso"

Pelmos se acercó al mesón y dejó su mochila. Después sacó un trozo de piedra que tenía un texto escrito en otro idioma.

"¿Eso qué es?"

Pregunté mientras veía como empezaba a sacar más cosas de su mochila. Cada vez aparecían objetos más extraños que pienso son de uso religioso.

"Es el idioma de nosotros los Manarid. Así guardamos la historias de nuestros ancestros los Manatis"

"De hecho es por eso que vine a buscarlo"

Pelmos empezó a equiparse una especie de casco además del escudo que traía. Vestía como todo un guerrero, solo que más tierno.

"¿A qué se refiere, Señor Pelmos?"

"Me refiero a… ¡Una cruzada!"

"¿Una cruzada? ¿Cómo las de los caballeros?"

"Exacto, una aventura, como los guerreros y soldados de nuestra alianza"

Suspiré de manera irónica. Pensé que de verdad sería algo más importante pero parece que solo estoy ante los sueños de un fanfarrón. Sabiendo el cómo es su Raza, va a morir si enserio lo intenta.

"No sé si sepas, pero, las cruzadas son algo que se hace cada tanto. A veces siglos, a veces menos. Y es algo muy peligroso, incluso gente que dedica su vida entrenando no llega a sobrevivir."

Tome aire mientras veía la mirada desilusionada de Pelmos.

"Lamento decirte lo pero eso no es más que un sueño."

Pelmos me miró extrañado y me interrumpió antes de que dijera algo más.

"Yo sé que las Cruzadas se dan cada tanto, pero es por eso que vine a aquí. Yo sé que pronto se va a hacer una."

Lo mire desafiante, subestimando lo que dice.

"¿Y cómo puedes estar tan seguro de eso?"

"¡Eso era lo que te iba a explicar!"

Pelmos empezó a emocionarse como un niño pequeño, mientras me mostraba sus escritos y objetos que explicaban la historia de un 'bien universal'. Un objeto capaz de controlar todas las mareas y conectar los mares.

"El Arcanum Abisal"

"Muy bien Pelmos, si esto es verdad entonces ¿porque solo tu raza lo sabe?"

"¿No es obvio? Señor Therion, en la ciudad lo describen cómo un hombre de lógica."

"Es por eso que me resulta difícil creer en teorías religiosas. Además, no entiendo qué tengo que ver yo con todo este asunto."

Pelmos saco otro trozo de piedra pero dónde, está vez, se mostraba una imagen, la imagen de una estrella.

"Sirio"

No pude evitar contener las palabras al ver la estrella tallada en la roca.

"¿Así se llama? Según nuestras leyendas solo es una guía para los cazadores. Dicen que habla de un cazador y su mascota. Supuestamente vivieron en la superficie, antes de todos nosotros."

"No, sus leyendas están mal."

Empecé a abalanzarme de manera lenta pero ansiosa hacia el trozo de roca. Pude olvidar por unos segundos a Sara y el dolor que me había dejado.

"Cuando era niño… Recuerdo que nuestros historiadores nos contaban del Sirio."

"Y… ¿Qué es?"

"Nadie lo sabe con precisión, Pelmos. Algunos dicen que es un Dios, otros que un hijo de la luna. Pero los que estudiamos las estrellas creemos que es un guía"

"¿Un guía?"

"La estrella del Sirio un Día aparecerá en los cielos, y nos mostrará un futuro donde todas las razas puedan convivir en paz, donde no habrá hambre ni disputas"

Una sonrisa se me escapó mientras admiraba la réplica del Sirio. Me llegan recuerdos de cuando era un niño.

"De pequeño, me gustaba mirar al cielo intentando buscar al Sirio. Jajaja, pensaba que si el Sirio aparecíera podría solucionar todo y que todo mundo sería mi amigo"

Una burbuja empezó a flotar después de salir de mi ojo. Este prácticamente es mi sueño. Quizás si deba escuchar lo que tiene por decir está persona

"¿Sabes dónde está?"

Me sorprendo al escuchar que Pelmos es el que me pregunta a mi. No pude evitar fruncir el ceño un poco fastidiado.

"¿Cómo así, acaso tú no sabes?"

Cerré los ojos y luego los abrí. Obvio que él no sabe dónde está, por eso necesita a alguien que sepa de estrellas como yo.

"Claro que no sabes… ¿Cómo podrías saberlo?"

Me senté para descansar un poco, luego mire el trozo de piedra y lo vote.

"Mira, no estoy interesado en todo esto de la cruzada y no quiero saber más. Si alguien supiera dónde está el Sirio, yo no estaría aquí despechado."

"¿Tienes algo más que decirme?"

Al no escuchar más palabras de Pelmos, me decidí por marcharme y cerrar el lugar para así ascender a la superficie.

Una Aventura… como si algo asi pudiera salir bien. Lo último en lo que quiero pensar ahora es en una aventura. Solo quiero llegar a mi hogar y caer rendido sobre mi camada.

Una vez llegué a la superficie caminé por la playa mientras miraba los hogares de las partes más pobres de nuestra ciudad. Empiezo a sentir como mi cuerpo se vuelve más cálido comparado con la fría temperatura del mar. A pesar de que aún es de noche, puedo ver algunos grupos reunidos alrededor de fogatas mientras comen grandes series de pescado.

Algunas casas están hechas de piedra, con decoraciones corales y más protecciones, además de que tienen ventanas y puertas de madera. Por ahí están las clases más altas, los científicos, los soldados y guerreros, además de los Santos.

Me parece triste pensar que ellos se llevan todo lo bueno, y a gente como esta la dejan pudriéndose en las costas, con miedo. Se que los recursos así son escasos pero si se invirtiera más de eso en proteger las investigaciones de los exploradores… Tendrían mejores oportunidades.

Finalmente llegó a mi hogar. Entró y escucho como mi madre está sirviendo la comida mientras me espera con una sonrisa en el rostro.

"¿Therion, eres tú?"

"Si ma, soy yo…"

Mi Madre empezó a abalanzarse hacia mí emocionada, ansiosa por saber que había hecho. Le dije que iría a confesarme a Sara. Quería contarle todo lo que me pasará, ahora, no quiero contar nada…

"¿Que paso hijo, Sara si cayó presa de tus encantos?"

"Ma…"

Mire a mi madre a los ojos, aguantándome las lágrimas mientras sostenía sus aletas entre las mías. Mi mama solo me sonrió y me acarició el rostro, permitiendo me llorar.

"Seguro que debes estar cansado. ¿Tienes hambre? Cocine ceviche, tal y como te gusta"

Mi madre me guío hacia la mesita hecha de una coraza. Me senté y empecé a devorar el pescado con mis colmillos, intentando no verme muy salvaje. Puedo sentir el sabor agrio del pescado debido a las salsa que le añaden. Me dedico a olerlo un poco para así disfrutar su aroma fresco.

"Aún recuerdo cuando eras una cría… Eras muy inquieto y rara vez te cansabas. Te divertías con todo, eras muy tierno."

Apenas mi mamá dijo eso la voltee a mirar aún con un trozo de pescado en el hocico.

"También eras igual de torpe y descuidado como ahora"

"¿Por qué lo dices, ma?"

"Solo mírate, pareces un bebé comiendo así de sucio."

Mi mamá empezó a reírse de mí mientras me miraba con dulzura. Su rostro me relaja, cuando sonríe siento que tengo para mí solo todo el amor del mundo. Es verdad lo que dicen, el amor de una madre es como ninguno.

"Jajaja, Ay ma, estoy feliz de haber crecido a tu lado. Eres la mejor"

Me levanté para abrazar a mi madre y agradecerle por todo. Puedo superar mejor el dolor de Sara con mi madre cerca.

A Sara la conocí cuando era una cría, prácticamente crecimos juntos. Los dos compartíamos el mismo sueño de estudiar las estrellas, queríamos un mundo pacífico donde todos pudieran estar bien. Ella me cantaba mientras mirábamos al cielo, me acariciaba cuando me peleaba con alguien o me regañaban. Sin importar el cuanto tiempo pase, ese niño dentro de mí siguió estando enamorado de su mejor amiga, y eso me llevó a esforzarme más por ella que por mi.

Pensé que cuando estuviéramos más grandes podría declararme con más confianza, decirle lo que he sentido desde años y así apoyarnos juntos. Quizás solo fueron disparates de un niño ingenuo y soñador… No quisiera terminar como alguien como Pelmos.

"¿Y qué harás entonces, hijo?"

Voltee a ver a mi madre con un rostro indeciso.

"No lo sé, ma."

"Necesitas pensar en algo rápido. A Partir de mañana tengo que irme"

"Otra vez, ¿Tan pronto?"

Mi mamá miró al suelo con tristeza para después verme a mí con una pequeña y melancólica mirada cristalina.

"Tu sabes que a tu padre no le gusta que venga a visitarte. Te diría que te recibimos pero tú sabes que nadie en la familia está muy alegre contigo."

"Si Ma, lo sé… Entonces mañana te acompaño temprano hasta la costa para que navegues más segura"

Mi mamá me sonrió… se me acercó con ternura dando unos pequeños y acogedores pasos para abrazarme mientras movía la cabeza de un lado a otro oponiéndose a lo que yo decía.

"No hijo, tranquilo, tienes mejores cosas que hacer. ¿Cómo te voy a pedir eso?"

"Tranquila Ma, de todos modos tengo que madrugar para ver si me pagan mañana"

Antes de que mi Madre me volviera a insistir, seguí hablando.

"Además que también tengo que pasar por la costa para comprar unas cosas"

"Enserio Ma."

Dije apenas ví que iba a mover el hocico para volverme a insistir.

"Yo te acompaño, es más seguro."

"Está bien hijo, Pero vaya que eres grosero. Seguro que por eso Sara no te quiso recibir."

Me reí un poco ante la reacción de mi Madre y su ceño fruncido, viendo como cruza sus aletas resignada. Ella es una mujer de carácter no le gusta que la interrumpan cuando está hablando. Pero si no fuera tan terca no tendría que hacer cosas que no le gusten.

"Bueno Ma, me debo ir a dormir"

Solo quiero que esté segura, de aquí para la casa de mi Padre es muy peligroso, por eso necesito que agarre el barco en la mañana, es más seguro. Conociéndola se quedará dormida o se le olvidará como siempre suele hacer y se quedará un día más. Me gustaría que se quedará más tiempo pero, si a mi padre no le gusta es mejor que se vaya.

Aún así estaré bien. Ya que no ando detrás de Sara, supongo que puedo concentrarme más en mi trabajo y… ver cómo le hago para pagar mis investigaciones.

"La luna sigue tan bella como siempre"

Me dije para mí mismo. Miré al cielo con admiración hasta que una imagen llegó a mi mente, era el Sirio. No me puedo imaginar lo que le espera a Pelmos, seguro terminará rindiéndose después de que lo rechacen otros astrónomos. El Sirio es nuestra fantasía como exploradores de los cielos, si alguien lo encontrará, se volvería rico.

"Así es… Si yo lo encontrará, mi vida sería más fácil."

Recuerdo que mi Padre, antes de que nos enemista ramos, se quedaba esperándome hasta altas horas de la noche a qué yo acabará de jugar en la playa, para mirar juntos el cielo. Mi Mamá cocinaba el Ceviche que a ambos nos gustaba y nos acompañaba mientras mirábamos al cielo. El siempre me apoyó con la astronomía, luchó por qué pudiera tener más oportunidades, me ayudó a ser quien soy ahora. Todos dicen que solo soy un malagradecido por eso.

"Quizás tengan razón…"

Finalmente mientras miraba al cielo, pude ver a alguien familiar desde el hueco en mi habitación al que llamo ventana. Mi madre estaba saliendo de la casa con cuidado como si esperara no despertarme, de manera sospechosa.

"¿A qué saldría a estas horas de la noche?"

Mientras la veía me puse a pensar: Quizás en verdad ya no quiere verme y va a agarrar un barco para irse con mi Padre. O tal vez necesite comprar algo que solo se consiga aquí en (espacio) y no quiera decirme.

Entre más pienso, no puedo hacerme idea de que me ocultaría mi Madre.

"¡¿Será que me robó?!"

"No… ¡Agh! ¿En qué estoy pensando? Seguro que no es nada, habra salido a comprar algo"

Antes de que me acostara a dormir y dejara de ver a la ventana, escuchó un rugido agudo que solo puede significar una cosa; Muerte.

"¡Phantom!"

Voltea a ver por la ventana notando como la luna es cubierta por una figura serpentina con alas membranosas que le permitían moverse tanto el cielo como en el mar; colmillos filosos, vista aguda, una cabeza gigante. Es el depredador perfecto para todo lo que se mueva.

"¡Escóndanse en sus casas, es un Phanthom!"

Escuchó el grito del jefe de los soldados que defendían nuestra pequeña ciudad.

"Seguro todo estará bien, están los soldados"

Dije antes de ver cómo el phantom descendía del cielo para devorarse al jefe. Los soldados que lo acompañaban callejón uno a uno después de él.

"¡Mamá!"

Salí corriendo lo más rápido que pude de la casa y fui a buscar a mi Mamá entre toda la gente que estaba corriendo. Entonces ví un soldado que se estaba escondiendo detrás de la casa de alguien.

"¡Ey tu! ¡¿Qué mierda hacen?! No es la primera vez que nos ataca una de estas cosas"

"Mataron al jefe, nuestra alineación no sabe trabajar sin alguien al mando"

Lo mire fastidiado y le grite furioso

"¡¡¡¿Es enserio?!!!"

Le pegué una patada en el estómago y le robé el arma para después irse corriendo buscando a mi mamá.

"¡Ma! ¡Ma! ¡Ma soy yo, Therion! ¡¿Dónde estás Ma?!"

Gritaba y Gritaba, Pero la gente que iba corriendo me tapaba la visión y sus gritos opacaban los míos, impidiendo me escuchar algo.

"¡Mamá! ¡¿Mamá dónde estás?"

"¡Mamá te lo ruego, por favor aparece!"

Grité con la voz dolida y el corazón muerto, pensando lo peor, una última vez.

"Mamá…"

Iba a caer arrodillado cuando detrás mío apareció el Phantom, comiéndose de un bocado la cabeza de algunas de las personas que me rodeaban. Después me miró fijamente para así rugir en lo que más parecía un chillido agudo buscando intimidar.

"¡Hijo! ¡Hijo! ¡Aquí estoy Hijo! ¡Therion!"

"¿Mamá?"

Le lancé el arma clavándosela en el ojo al Phantom y empecé a correr lo más rápido que pude perdiéndome entre la multitud de Norkvarks que gritaban desesperados pidiendo ayuda.

"¡Mamá!"

El Phantom empezó a seguirme hasta agarrarme con sus dos garras y alzarme en el cielo. Mientras yo lo intentaba golpear con mis aletas. Hasta que finalmente me dejó caer no tan alto después de que lo mordiera y le hiciera sangrar una pata.

"¡Mierda!"

Vi a un grupo de soldados que empezaron a preparar una red con la que atraparlo y a mi con él…

"¡No esperen! ¡¿Qué hacen?!"

Los miré con repudió mientras junto a una mirada asustada la red caía sobre el Phantom atrás mío. Sentí como el monstruo se me acercaba desde atrás intentando morderme y a duras penas lo consigo esquivar.

Este es el fin, soy demasiado lento para esquivar está cosa, y él está prácticamente encima mío. Supongo que al menos podré evitar que más Norkvarks inocentes mueran, incluyendo a mi Madre… solo debo tenerlo aquí y evitar que escape.

Antes de que los flechazos y las lanzas empezaran a caer sobre el Phantom, veo como un soldado con un escudo y una espada de obsidiana cae sobre el Phantom y lo acuchilla en la nuca. Era Pelmos.

"tranquilo Therion, yo te salvo"

Dijo Pelmos mientras cortaba una parte de la red permitiendo me salir. Pelmos se pone delante mío al tiempo que se cubre con el escudo y prepara su espada.

"¿Qué haces? Esa era nuestra única oportunidad para matar a esa cosa. ¡Mucha gente morirá si no lo vencemos!"

"¿Y tú vida vale eso, Therion?"

Pelmos se rió de mí mientras con una voz firme y segura me hablaba como si fuera un sabio.

"¿La única forma? Si no estás dispuesto a buscar más formas ¿Cómo sabes que no hay más?"

Me quedé helado. Eso es… Eso es verdad. Los soldados solo querían usarme de carnada, no me veía salida, había aceptado mi muerte…

"Pensé que eso sería una muerte honorable… Pensé que tenía sentido."

Los soldados empezaron a huir mientras Pelmos y yo quedamos solos enfrente de la criatura. El Phantom se empezaba a liberar y se alzaba sobre nosotros de manera imponente, sus dientes estaban llenos de sangre, su mirada mostraba una intención asesina que solo significaba la muerte.

"Dime Therion… ¿Sería honorable rendirse cuando tienes gente que aún te quiere en esta vida?"

Mi cuerpo pesaba… mis músculos se habían dormido. No sabía qué decir, es verdad. Todo lo que yo había pensado… no tiene sentido.

"¡Therion!"

Escuché la voz chillona y preocupada de mi Mamá. La vi corriendo hacia nosotros detrás del Phantom, estaba a lo lejos asustada y con la vista lagrimeosa.

"No puedes buscarle un sentido a tu muerte si no le has dado valor a tu vida. ¡No puedes rendirte tan fácil cuando hay gente que te quiere ver triunfar!"

El monstruo nos intenta morder Pero Pelmos lo para con su escudo mientras clava su espada en la arena para poder forcejear mejor con el monstruo.

"Dímelo Therion, ¡¿Te vas a Rendir?!"

Use mis aletas para ayudar a Pelmos levantar el escudo contra el Phantom, empuje con mis piernas con fuerza mientras con toda la voluntad de mi alma grite:

"¡¡¡No!!!"