"♪ La gallina turuleca~, ha puesto un huevo~, ha puesto dos~, ha puesto tres~ ♪" De la nada empiezo a cantar mientras me ducho, ni siquiera sé que significa la palabra turuleca, simplemente fue un reflejo, estoy empezando a recordar muchas cosas iguales, parece que se llaman… canciones infantiles.
[¿Cantar?...¿Canciones?] Pienso en esas palabras que nunca escuché pronunciar a alguien pero que me parecen básicas y naturales como si siempre hubiesen existido.
[¿Más recuerdos?¿Qué será?] Me pregunto que me sucede, cosas de las que nunca he escuchado llegan a mi mente cada cierto tiempo, he pensado en contárselo a mi familia pero al no sentir ningún peligro lo dejo pasar.
Si en algún momento siento que es peligroso se los contaré, mientras tanto, no quiero preocuparlos.
Después de envolverme en una toalla salgo del baño y me dirijo a mi habitación, escojo una muda de ropa sencilla entre cientos de ellas y me visto frente al espejo.
"Tan hermosa como siempre" Me digo a mi misma, ¡este maldito narcisismo!, ¡Me encanta!, ¿como no hacerlo? Soy casi una copia de mi primer amor.
[¿Primer amor?] No sé de donde salió eso pero meh, lo ignoro y salgo de mi habitación.
Mientras bajo las escaleras al primer piso pienso en lo que haré hoy.
[Sip, decidido,¡Iré donde el Abuelo Tobirama!] Pienso mientras levanto el brazo y lo agito en el aire como una muestra de mi emoción.
Al llegar al primer piso encuentro a mi mamá limpiando, al verme ella pregunta con una sonrisa.
"¿A visitar a tu Tío Abuelo de nuevo, Hana?"
Con una sonrisa que estoy segura es más brillante que el sol le respondo fuerte y claro.
"¡¡Por supuesto mamá!!"
Al escucharme ella simplemente se ríe y dice.
"Esta bien, diviértete, ¡no le provoques problemas a tu Tío, escuchaste!"
"¡¿Cuando lo he hecho?!" Pregunto con indignación después de escuchar eso.
"¡No me hagas decirlo jovencita!" Ella pronuncia con un toque de exasperación al escuchar mi pregunta.
Al escuchar eso recuerdo la vez que provoqué problemas entre el Abuelo Tobirama y sus alumnos, simplemente culpe a ese tal Homura de haberme intimidado, ellos no me agradan después de todo, ni siquiera sé porqué, pero algo dentro de mi hace que no los tolere.
Al ver que el Abuelo se había enojado más de lo que esperaba por mis acciones, decidí decir la verdad, no me arrepiento de haber culpado a su alumno pero tampoco me gustó nada verlo enojado, fue... aterrador.
"Jumm, se lo merecen" susurré con un puchero.
Antes de que mamá pudiera decirme algo pregunté.
"¿Y Tsunade?"
Mi mamá solo suspiro ante esa pregunta.
"Con tu Abuelo Hashirama" Mamá me respondió.
[Me imaginé] pensé con un dedo en la barbilla, se ha vuelto adicta a apostar, cuando no tiene dinero siempre busca al Abuelo Hashibaka y entre apostadores se entienden, no puedo hacer nada más que sonreir ante eso.
Después de despedirme de mamá me dirijo a la casa del Abuelo Tobirama, es seguro encontrarlo en su laboratorio a menos que esté en misiones, según lo que he escuchado en la calle cuando voy con mamá de compras, los ninjas enemigos se han vuelto más activos, algo sobre el dios ninja y cosas a las que no les he prestado atención.
Sé que llaman al Abuelo Hashibaka dios ninja. Cuando vamos al casino muchas personas lo llaman asi, el dice que es un apodo y que no prestemos atención a eso, cosa que hago con mucho gusto ya que no me interesa el tema, escuchar esas palabras solo me genera un dolor en el corazón, no entiendo así que mejor lo evito.
Al llegar a la puerta del Abuelo Tobirama esta rápidamente se abre. Él siempre sabe cuando vendré, si la puerta no se abre es porque él no está, le pregunté sobre eso y él me dijo que es algo básico para un ninja fuerte y experimentado, eso solo hace que refuerce mi decisión de querer ser una ninja igual de poderosa que él, admiro a toda mi familia pero sin duda a él es a quien admiro más.
★★★
Levanto mi cabeza para ver su cara… él es guapo, toda mi familia lo es, cualquiera de nosotros podría ser una estrella de Hollywood.
[¿Hollywood?] ¡Tch!,¡Esto es tan molesto! Cada día pensar en palabras raras de manera inconsciente es un martirio, lo que sea que martirio signifique.
Parece que el Abuelo notó mi molestia ya que preguntó.
"¿Pasa algo Hana?¿Hay algo malo en mi cara?" Se llevó la mano a la cara pero no sintió nada malo.
"Nada" respondí "Vine a visitarte Abuelo, quiero saber si ya tienes lo que me prometiste"
Al escuchar lo que dije una sonrisa casi imperceptible se mostró en su rostro, me gusta ver eso, hacer que alguien tan serio como el Abuelo sonría aunque sea un poco es uno de mis mayores logros, me hace sentir muy feliz.
"Por supuesto ¿patines los llamaste verdad? Algo tan simple es fácil de hacer, pero que hayas inventado ese juguete me sorprende un poco"
Mi sonrisa se ensanchó al escuchar su respuesta, sabía que sería fácil para él, solo pregunté para escucharlo hablar más, si no lo hago él simplemente se quedará callado y esperara a que yo hable o me dirá que me siente y se irá a su laboratorio a investigar, es un hombre ocupado después de todo.
"Jeje, bueno, sabía que seria fácil para ti, no hablemos de eso.¿Puedo verlos?" Le pregunté con clara anticipación.
"Si, entra, están en la mesa" Me dijo mientras me dejaba pasar.
Entré a su casa y no vi nada interesante, como siempre, todo lo bueno está en su laboratorio, es difícil convencerlo para que me deje entrar, por suerte tengo mi arma secreta, aunque en esta ocasión la utilizaré para algo diferente.
"¿Me llevarás a probarlos?" Le pregunté.
[Hora de usar mi arma secreta, ojitos de cachorrito activense] Pensé y actúe. Coloqué mis manos en forma de súplica y lo mire a los ojos con toda la intención de hacerlo ceder a mi petición.
"*Sigh* Tú niña, cada día te vuelves mejor con tus tácticas de manipulación. Vamos entonces, pero solo unos momentos, tengo trabajo por hacer" Suspiró en señal de derrota, aunque pude ver una pequeña sonrisa en sus labios. Apreté los puños y levanté los brazos en señal de victoria.
"¡Yey!, ¡vamos rápido!" Exclamé. Tomé los patines de la mesa, se los di en una mano, lo sujeté de la otra y lo llevé en dirección a la salida de los terrenos del clan Senju.
Será más divertido probarlos donde hay muchas personas ya que él intenta parecer serio y yo intento hacerlo sonreír. Ver a la gente sorprenderse de verlo conmigo siempre me pone de buen humor, no es de todos los días poder salir con el Abuelo Tobirama.