-Acaso eres una aparecida- le preguntó Mork finalmente a Azgresh, era muy parecida a Zeraki, solo de que piel verde .
Azgresh lo miró de reojo.
-Lo soy, soy del mundo de Zorath, tú definitivamente eres de Xera-.
-Lo soy, un momento- razonó entonces venía también de Zorath;-conozco una orca de Zorath, te suena el nombre de Zeraki-.
-Nop-.
Mork apretó los dientes, pero era mejor así, Zeraki no estaba, y aunque Redhand la reviviese ella ya no lo quería.
-es raro que una persona conozca dos aparecidos- dijo Azgresh mirando a los ojos esta vez al medio orco.
-contigo son 5-.
-bueno eres entonces bastante especial, o estas al medio de una tormenta, Xera esta agitada, lo siento en los elementos, en Zorath aprendí a ser chamán, puedo sentir como el núcleo del mundo tiembla, se avecina algo terrible-.
-una vez que estemos con el maestro les contaré que pasa, creo saberlo, tienes razón, algo increíble va a sacudir Xera-.
-puedo sentir tu poder, eres un chamán también-.
Mork pensó un momento, durante niño tenía dos caminos, adentrarse en la montaña ardiente de Ciudad Foro y convertirse en algo maligno, o ser sensible con los elementos que exudaba la montaña a mares.
Alguna vez fue Morkhal, alguna vez tal como Azgresh habría sido un prometedor chamán, pero no lo fue, en un arranque de ira asesino a un humano que incursiono dentro de la montaña y profano un lugar sagrado. Pero aquello en Foro significaría un asalto del ejército y una purga de su raza, prefirió entonces exiliarse, llamarse Mork y buscar una vida nueva en Karazkan como un maleante del gremio de Zul'Kyl.
-No lo soy, digo, pude serlo, pero mi camino se separó de los elementos-.
-Entiendo, ser chamán para un orco de Xera es diferente a uno de Zorath, más aún si eres ¿mitad humano?-.
-lo soy, mi madre orca, mi padre humano, más que aquello no sé, no conocía a ninguno de ellos-.
-eso compartimos, mi padre murió en una guerra contra humanos, mi madre en una guerra contra demonios-.
Kalair pasó entre ambos y le susurro "Ya bésense", ambos orcos palidecieron, pero la química se olía en el aire.
Luego pasó Borgol y les dijo con un poco menos de tino "ser un acto de violencia no de amor".
-tu amigo da buenas bromas- rio Azgresh con mucha gracia, contagiosamente.
-Creo que lo aprendió de un amigo en común-.
***
Tardaron mucho en llegar, pero al fin, y luego de descender muchos niveles ocultos de una bodega dentro de otra más profunda, los primeros bandidos de la banda de Kyl los recibieron con caras de lobos delante de gallinas.
Uno se acercó a Azgresh.
-Qué traes hoy orca, unos visitantes muy peculiares, son alimento de huargo acaso-.
Naz miró a Mork como si le diera permiso a poner a su lugar a aquel tipo.
El medio orco se puso al frente del humano y lo cabeceo tan fuerte que llego a rebotar en el polvoroso suelo, no le mató, pero si le dejaría un buen dolor al día siguiente.
Finalmente, y luego de pasar por un último control, en el que Azgresh demostró ser ella misma, pasaron a la sala principal.
Ahí, un anciano desconcertó tanto a Kalair como a Borgol.
¡Era un robot!
O al menos eso parecía, pocas partes de piel se dejaban ver entre el metal del que parecía estar hecho.
Estaba meditando, al centro de lo que parecía un campo de entrenamiento, más que el salón del líder de un cartel del crimen.
Los ojos de Kyl eran sin duda cibernéticos y no tenía parpados, eran dos focos rojos, así que no extraño a nadie que los viera, aunque estuviera meditando.
-Azgresh, mi querida Azgresh, pero mira a quienes traes contigo-.
-creo que Mork no necesita presentación, asegura ser tu estudiante-.
-lo es, uno muy poco talentoso con los puños, de piernas flojas, y cuerpo blando, un desperdicio que eligiera el camino del guerrero por sobre el de un maestro del trueno y el fuego-.
-me alegro de verlo, maestro- dijo Mork, entendiendo, luego de haber sido inútil su fuerza contra Fenrar, que quizá lo que decía Kyl era cierto; - ellos son…-.
-irrelevante quien fuera el pequeño, pero, Kalair Zad, Kalair el Corazón del Demonio, no pensé que la muerte tocara a mi puerta después de tantos años-.
- ¿sabes quién es?- le preguntó Azgresh confundida.
-Cómo no saberlo, si es por ella que estoy en este estado, tan metálico.
Kalair no supo que pensar, ella llevaba poco tiempo en Xera, se refería a la ira de Redhand, pero si el no… ¡no!, se refería a la ira de ¡Gar'Dal!, si existía otro Gar'Dal Dark Dreams, debía de existir otra Kalair Zad.
-Hace algunos miles de años habría escapado con tan solo verte, Kalair, pero Gar'Dal ya no me provoca temor, sentir eso, es solo si tuviera carne en el corazón-.
-yo, no, explícame todo- pidió Kalair, si la ira de Gar'Dal era similar a la Redhand, aquello podría ser un arma a favor o algo terrible en su misión de liberar a Zaharzim del yugo de Noche Sangrienta.