Am se sentía ahora mucho más fuerte, demasiado, a un nivel totalmente superior a cómo era cuando abandono Imperial junto a Kuro.
Trataba de pensar en él lo menos posible, estaba irremediablemente enamorada del Cazador de Dragones, el príncipe perdido de Imperial, eso y todos lo que conllevaba ser Un Corazón de Dragón le era, sin embargo, ahora irrelevante.
Tanto como lo amaba lo odiaba, aunque fue ella quien dio el primer paso aquella noche, fue él quien no la detuvo, si no continuo, e incluso le mintió diciéndole que la amaba.
Kuro estaba totalmente encantado por Iszel la hija de su odiado archienemigo Gar'Dal, pero eso no le importaba al mago, era lo que era y estaba baboso por esa chica alvina.
Como siempre, Am divagaba, incluso cuando frente a ella se encontraba el Príncipe Elemental de Fuego Illarian, una de las fuerzas más poderosas de Xera, y la mismísima hija de Zul'Nefar, el primer dragón, Zul'Naxez.
Las dragonas estaban haciendo un verdadero espectáculo de fuegos y piruetas en el aire, los que aún estaban en tierra trataron de ignorarlo, tenían sus propias preocupaciones.
Illarian.
Li Wang no dudo más, debía ocupar su fase de arconte arcano, un remolino de energía de noche y estrellas pareció despegarse del aire circundante e incrustarse en todo el ser de Li, una figura de pura energía arcana fulguro frente al elemental de fuego.
-Probaras mi furia, Illarian, desearas haberte quedado encerrado por siempre-.
-inténtalo- dijo el príncipe de fuego, con indiferencia, se veía inmutable, todo lo contrario a cuando era un enorme coloso de llamas.
Fenrar no dejaría que Li se viera vulnerable, notó inmediatamente que Wang estaría indefensa al desatar todo el poder que había convocado.
Extendió sus alas de sombras y se lanzó al elemental.
Illarian pareció hacerle caso al medio gnoll, se puso firme y fulguro más llamas, más calientes que antes.
Se sintió como si un láser luminoso se disparara constantemente, un haz de noche empujo a Illarian hasta hacerlo chocar contra las rocas de la salida de la cueva, y lo mantuvo ahí, recibiendo todo ese daño por un tiempo que le pareció al elemental una eternidad, estaba sin dudas recibiendo un daño doloroso y masivo.
Fenrar alzó vuelo y juntó un orbe de energía tan oscuro que la luz se deformaba a su alrededor.
Mientras Li presionaba a Illarian para que no pudiera moverse de la incómoda posición en la que lo tenía, Fenrar lanzó al fin aquella fuerza oscura que al impactar con el elemental implosionó, absorbiendo las llamas del príncipe, pero luego de aquel espectáculo de poderosas fuerzas chocando, las llamas viles volvieron a Illarian, como si todo ese esfuerzo de los magos hubiera sido para nada.
Las llamas de Naxez eran peligrosas, Farizza se dio cuenta inmediatamente, ya había olvidado, luego de 6000 años, como eran, no era la primera vez que se enfrentaban en forma draconica.
Cuando Gar'Dal y Nerfa vencieron al Culto del Dragón Negro, encerrando a Illarian y Naxez, Farizza lucho directamente con la princesa negra, claro, la ayuda de Gar'Dal fue inestimable, aunque en ese entonces el Rey Demonio era menos poderoso, la fuerza combinada de ambos bastó con lo justo para vencer a Naxez.
Ahora su aliada era la Madre de los Dragones, no podía flaquear, la lucha se volvía desgastante pero era la única oportunidad para poner fin a ese peligro de una buena vez, todo Xera contaba con ella.
Kuro se reincorporó poniéndose de pie, se sacudió la tierra como un perro el agua.
Miró como Fenrar y Wang se enfrentaban a Illarian, era poco creíble que hubieran seres con tanto poder, y si ellos no estaban al nivel de Gar'Dal, que tan fuerte era el Rey Demonio, aquello le molesto demasiado.
***
Cyndressa sintió que podía hacer algo más que mirar esa demostración de poderes casi irreales. Puso su mano en el hombro de Arzelen y cruzaron miradas como si se hubieran conocido desde hace mucho tiempo.
-Am, dudo que Illarian tenga alguna debilidad, digo su cuerpo es fuego, pero la dragona, creo que si combinamos nuestra magia podríamos molestarla un poco-.
Am asintió con la cabeza, no quería ahora, después de volverse tan poderosa, abstenerse de la batalla.
Zadriz e Iszel las miraron, ambas dominaban magias mayores a las de la Arzelen, pero contra enemigos tan irreales no serían útiles.
Isz se acercó a Am.
-Ustedes pueden hacerle daño a Naxez, Am, tu poder puede ser devastador, Fenrar uso en ti una magia que solo papá sabía usar, algo tan irreal que te colmó de poder, sinceramente ahora eres más fuerte que yo-.
Am no creyó que la arrogante hija de Gar'Dal la estuviera alagando, sinceramente solo la había molestado durante todo el viaje, pero, desde que había sido revivida por Fenrar le sentía más agradable, solo un poco.
-Cyndressa- dijo Arzelen;- Hace tiempo estudie un pergamino de uno de los magos más poderosos de consejo, no creía que podría usarlo, pero si Iszel dice que estoy a su nivel quizá resulte, necesito que moleste a Naxez mientras concentro mi energía-.
Lady Cyn asintió con la cabeza, miró directamente a la dragona y materializo una flecha negra entre sus dedos, apunto el arco, y lanzó una incesante carga de virotes en contra de Naxez.
Axaz golpeaba fuertemente con sus garras la dura piel escamosa de Naxez, no había, en todo Xera, nada más duro que la piel de un dragón negro adulto, más aún cuando se trataba de la primogénita de Nefar.
Fary dio un vistazo al suelo y vio a Cyndressa apuntando su arco precisamente a su enemiga, dio otro vistazo, muy sorprendida, a lo que estaba haciendo Arzelen, estaba juntando una cantidad de magia impresionante, era, sin duda, un Rayo Desintegrador, algo muy avanzado para cualquier mago humano, ninguno de hecho, a parte de Wang y los 10 del consejo, podría usarlo. Pero confió en la capacidad de Am, Age Zero la había llenado de poder, uno al que solo los dragones blancos, y por su puesto Gar'Dal, podían usar, pero, era Fenrar quién había usado esa técnica tan magistral.
Naxez lo notó, vio de reojo el poder que juntaba la joven del consejo y rugió, se lanzó velozmente eludiendo a sus dos atacantes draconicas, ninguna espero, que podría rebasarlas tan fácil.
Pero, Cyndressa entró en acción, lanzando como una ametralladora, una cantidad impresionante de flechas que dieron todas en la cabeza de la dragona, la que sintió como si le apuñalaran entre los ojos con alfileres, pero eran tan punzantes que le resulto en extremo molesto.
Giro como un torpedo en el aire, sacudiéndose las flechas necróticas que tan certeramente Cyn había enterrado en su rostro.
Cyndressa pensó que era su fin, estaba demasiado encima, no lograría esquivar su mordida, que la engulliría entera de un bocado, Axaz y Fary habían quedado muy atrás y Am todavía no terminaba su técnica.
Entonces Naxez sintió como si una bola de metal del porte de una montaña le sacudiera la cabeza, haciendo rodar su enorme cuerpo en el árido suelo.
Kuro Corazón de Dragón, el autoproclamado cazador de dragones entraba espléndidamente a la acción.
Estaba en el estado de un dragón tormentoso, como sus compañeras habían notado el conjuro de Arzelen y no dejaría que Naxez devorará a su querida amiga.
Fary y Axaz llegaron finalmente a donde estaban, en tan solo unos momentos, y se revolcaron mordiendo la dura piel de Naxez en el suelo.
Illarian miró de reojo y supo que tenía que apurarse con sus rivales, no podía dejar que todos los cazadores atacaran juntos a su amada princesa.
Fenrar le tapo el paso.
-Primero tendrás que matarme- le dijo con soberbia, algo que hace tiempo Fenrar no mostraba;-y eso se te hará imposible-.
Li Wang sonrió, aunque no se podía ver en su estado de arconte. Lanzó entonces una enorme cantidad de magia arcana contra Illarian que reboto como un muñeco de trapo por el suelo y rocas.
-Eso no será suficiente- dijo Li;- espero sepas alguna magia contra algo así, Fenri-.
-¿Fenri?- respondió el brujo a la muestra de cariño de la maga, no era todo de su agrado el apodo, pero se sintió feliz de la cercanía de su amada;- se algo Li, tu mantenlo lejos-.
Kuro demostraría a los presentes y a sus ancestros el poder que había juntado durante décadas.
Se movió zigzagueando con la forma de la tormenta, y atacó con su puños a la enorme Naxez, que se vio realmente acosada por esa fuerza que el Corazón de Dragon no había demostrado antes.
Enfrentarse a él no era factible en una forma tan grande, extendió sus alas y se alejo de las dragonas y el cazador, pensó en quemarlos con sus llamas pero no sería posible en la posición en que estaba, decidió, al fin, volver a su forma bípeda, conservando si, una forma semi draconica, con garras, alas y cuernos, adornando el que sin duda era un hermoso rostro, pero esto se volvía relativo, cuando les sonrió a sus rivales mostrando un mar de dientes afilados.
Fary y Zul Axaz hicieron lo mismo tomando rápidamente sus formas humanas, blandieron ahora, cada una, unas espadas de su elemento más afín, conjuradas con magia.
Naxez se dispuso a enfrentarlos nuevamente, pero solo alcanzó a ver un destello, olvido por completo lo que la pequeña y débil Arzelen estaba haciendo.
Una enorme cantidad de energía, mezcla de arcana y helada, la azotó como si de una colosal lanza se tratase, gritó dolorosamente, siendo empujada a contra de las paredes de la cueva, por tanto rato, aunque fueron unos segundos, que sintió la muerte realmente cerca.
Se detuvo.
Pero antes de que siquiera pudiera abrir con dolor los ojos sintió el puñal de luz atravesando su corazón.
Kuro.
Y el aspecto de dragón dorado.
Los ojos de Naxez quedaron abierto, pero rápidamente el brillo se fue de ellos, unas lagrimas rodaron por sus ojos, tan tristes que incluso Kuro se sintió miserable, como si hubiera hecho algo malo.
-Illarian…- llamó ahogadamente la dragona a su querido príncipe ígneo;- lo siento-.
Al otro lado del campo de batalla Illarian sintió, mientras era empujado por el haz arcano de Li, como si algo se rompiese dentro de él, como si su fuego se perdiese en el vacío.
Era su amada Naxez, lo comprendió, había muerto, pero, eso era imposible ¿no?
El elemental puso sus manos contra el rayo de energía y con un fuerte grito lo desvió a un costado.
Se movió rápidamente hasta Li, la mataría, los mataría a todos, y luego quemaría toda Xera, no quedaba nada para él en este maldito mundo que Nefar trató tanto de salvar. Por culpa del viejo dragón, de Diablo, del resto de Zul's primigenios todo había perecido, incluso su amada Naxez.
Gritó tan fuerte, que todos taparon sus oídos, menos Li, que en su posición recibió todo ese ruido, deshaciendo su hechizo.
Había quedado vulnerable, pero, Fenrar la protegería.
El brujo se envolvió en tantas sombras que pareció un demonio de oscuridad pura. Se lanzó contra Illarian y lo detuvo, ambos se vieron enorme, y aterradores.