Debían actuar rápido, antes incluso de que sus poderosos enemigos terminaran de darse afecto, o asco, en el caso del Rey Duende.
Cyndressa tensó su arco, que había hecho para si de los restos de los esqueléticos esbirros de los necrolitos orcos.
Como si de un instinto se tratase, de puro y visceral odio, la flecha que Cyn sostenía firmemente entre sus dedos, se vio envuelta de una tétrica y oscura magia.
Disparó, la flecha negra rompió el viento silbando como el chillido de una criatura a medio morir, y desgarró de lleno la oreja izquierda del Rey Zul Kai, que logró evitar que le decapitara con una clave mágica que invocó como el rayo una leve pantalla de energía, lo suficiente para desviar el certero tiro de su entrecejo.
Ya era hora.
Li Wang y Fenrar parecieron eyectarse de su escondite, impulsados por sus propias magias descomunales.
Eran rápidos, pero Naxez era un ser ancestral, que a diferencia de Axaz había dedicado una larga parte de su vida a cultivar su tétrico poder, Necromancia.
Decenas de esqueletos orcos y varios ogros se levantaron de los montones de huesos que decoraban el salón, y se apresuraron a cortarle el paso a los cazadores.
Nuevamente Cyndressa lanzó varias flechas cargadas de aquella magia oscura, derribando varios no muertos.
Arzelen pareció entrar en trance, recordando algún hechizo que había visto en algún antiguo pergamino, muy avanzado para cualquier novicio, pero ya era una maga, y se sentía poderosa, extendió sus manos por sobre su cabeza y como si se tratara de una tormenta de nieve, una enorme esfera de viento y hielo se formó sobre sus manos. La lanzó y eliminando a un buen montón de esqueletos, incluido a los de los grandes ogros, y congelando a otro montón.
Zadris, recitó varios hechizos que ninguno de sus compañeros entendió, varios sellos se hicieron bajo los pies de los esqueletos, que más allá de disminuir su número se seguían levantando. Los sellos destellaron un anaranjado brillo flameante y se prendieron en columnas de fuego que desintegraron otro buen montón de los esbirros de Naxez.
Li Wang se tele transportó muchas veces, esquivando los no muertos, y los virotes de llamas que salían del que se veía colosalmente enorme Illarian, al parecer crecía y se envolvía en llamas a cada pulso de furia que lo gobernaba.
Fenrar extendió alas de sombras y voló hacía Zul'Kai juntando una magia oscura en sus palmas, tan oscura que parecía deformar el espacio mismo. Con fuerza hizo chocar sus palmas con aquella fuerza en la armadura mecánica de Kai, lanzándolo varios metros hacia atrás hasta que lo detuvo la pared de la caverna.
Kai enfureció, no sería nuevamente derrotado por lo que claramente era uno de los esbirros de Gar'Dal, él seguía pensando firmemente que Redhand había sido enviado por el Rey Demonio para destronarlo de Zul'Moran.
Una magia muy similar a la de Fenrar hinchó el cuello y cabeza de Kai, haciéndolo ver más como un trol rabioso que como el duende que era. Las manos mecánicas que salían de su traje de acero se dirigieron a Fenrar, pero antes que lo alcanzaran, Faryza lo golpeo en la cara, gobernada por el Impulso Arcano que había invocado, no se detuvo, una seguidilla de brutales golpes lo hicieron retroceder, pero su carne parecía ser tan fuerte como gruesa que resistió de buena manera los embates de la dragona.
Fary se molestó, y dejó de golpearlo para rugir lanzando de su boca una estela de llamas azules que Kai logró esquivar propulsando su armadura con lo que parecía ser un sofisticado sistema de movimiento a vapor y fuego.
Kai se dispuso para ir en la ofensiva, pero se aterró cuando vio salir de las sombras del pasillo que llegaba a la cámara a su némesis, Redhand, cómo había llegado ahí no lo sabía, pero sintió que lo que le quedaban de sus piernas reales se desasían en temor. Trató de moverse, pero el poderoso asesino se lanzó sobre él enterrando sus letales dedos, como clavos afilados, en sus orejas, provocándole que se viera desorientado y ensordecido por un brutal sonido metálico.
Pestañó, y volvió en sí, no era Redhand, era una terrible ilusión que Iszel había invocado especialmente para él, se lanzó hacia ella, la hija de Gar'Dal Dark Dreams moriría aquí y ahora, pero Fenrar lo atizó al suelo, con armadura y todo, con un puño envuelto en sombras.
Tanto Axaz, cómo Naxez y Faryza no podían adoptar sus formas reales en un espacio tan reducido como inestable, por lo que se vieron obligadas a pelear no con sus tremendas fuerzas si no con sus magias ancestrales.
Kuro adoptó rápidamente el poder de un Dragón Tormentoso, se movió como un haz de electricidad entre los esqueletos y todos los hechizos y proyectiles que volaban de un lado a otro.
Naxez era su objetivo y la alcanzaría de una forma u otra.
Adelantó su escudo y trató de golpearla con el acero de este, pero para su terror, Naxez lo detuvo con una mano, riéndose del patético intento del Corazón de Dragón.
-Al menos eres más fuerte que Nerfa- se rio la dragona negra burlistamente con carcajadas exageradas, dejando mostrar su draconicos colmillos.
-No deberías burlarte de mí, y de mi familia, una vez te encerramos, hoy te mataré yo, solo yo-.
Naxez torno su mirada en furia al recordar como el ejército de Imperial, comandado por el Rey y Gar'Dal la derrotaron en lo que parecía en un definitivo final. Pero no lo fue, solo pospusieron lo inevitable.
Kuro dio varios escudasos al cuerpo de Naxez hasta que el metal quedó inservible, pero no logró ni siquiera moverla un paso. Lanzó con furia su escudo al suelo y se dispuso a dar espadazos a diestra y siniestra.
Fue en vano, Naxez era más poderosa que Fary, probablemente más que Axaz, cambió, cuando sus piernas comenzaban a flaquear, al Aspecto de Bronce, revistiendo su espada con flamas de luz.
-Manejas bien esa magia, cachorro, pero no está hecha para luchar con dragones si no contra mortales- le dijo la dragona.
Por un momento Kuro pensó igual, nunca le había faltado poder para luchar contra bestia o hombre, pero hasta el momento había sido superado por todos los dragones contra los que había peleado.
Dio tres sablazos en direcciones opuestas, Naxez los esquivó, era un logró, la había movido de su posición, pero no era suficiente, imprevistamente invocó en su mano libre una lanza luminosa como la que había usado para salvar a Am del Draghos, y la clavó en el hombro de la dragona que aulló con dolor.
Illarian sintió como si la herida hubiera sido en su cuerpo, trató de deshacerse de Li que lo acosaba con una tromba de proyectiles mágicos y haces de luz purpura que le clavaban el cuerpo al suelo.
No pudo, pero aumento colosalmente su tamaño hasta que todos en la caverna parecieron hormigas bajo él.
Zul'Axaz entonces draconizó sus brazos y se aferró a una de las piernas de Illarian, arrastrándolo con fuerza contra una de las paredes.
Todo el lugar se agitó y muchas piedras se deprendieron del techo, aplastando a los esqueletos que aún quedaban. Ante el dolor de la dragona negra, esta no pudo invocar más.
-Ahora- gritó Zadris para que Cyndressa y Am escuchar en medio del combate. Todas entendieron, pues dirigieron sus ataques a Illarian.
El hielo que Am invocaba se derretía apenas al despegarse de sus manos, pensó que magia podría servirle y recordó el elemental de agua, "Algo más sólido", levantó entonces, en un gesto doloroso, como si levantará una piedra gigantesca, un elemental enorme, mezcla de la tierra caliente del suelo y del agua que en lo más profundo de la tierra aún fluía. Un elemental de barro, algo poco elegante, pero útil.
Zadris centró su mirada en Kai, que ahora estaba defendiéndose muy bien.
Se propulsaba de un lado a otro con los pistones y tubos de vapor y combustión de su armadura, su cuerpo que parecía multiplicarse segundo a segundo torno su piel verde en una azulada y pálida, sus ojos que antes eran de un marrón de lo más ordinario se iluminaron con un fulgor verdoso. La magia vil lo estaba gobernando.
Entonces, desató su verdadero poder, aquel con el que casi vence a Redhand, la técnica que solo unos pocos magos oscuros dominaban, "Combustión", una habilidad aprendida por Gar'Dal en el vacío abisal del poderoso demonio Noche Sangrienta, y que solo con verla una vez el talentoso Kai había copiado.
Ahora era más poderosa, si antes había duplicado su poder, ahora lo triplicaba.
-¡¡Combustión tercera!!- gritó Zul'Kai, y pareció esfumarse y dejar atrás una estela de fuego vil que dibujo un zigzagueante camino.
Fary supo entonces que debería pelear con todo lo que tenía, no le gustaba asumir una forma media entre dragona y humana, era antiestética y poco femenina, robusta e imponente, pero la situación lo requería.
El cuerpo de Fary triplico su tamaño, su piel se tornó escamosa y azul, su boca se tornó en un alargado hocico que guardaba una boca llena de dientes de tiburón. Dos alas completaron aquella imponente forma.
No dudó, se lanzó con la velocidad del impulso arcano y choco una decena de golpes en Kai, pero este se había vuelto incluso más fuerte que ella, contesto los golpes desviándolos con sus propios puños, que luego de unos instantes lastimaron mucho las manos de Farisza.
Iszel pensó como ayudar a su maestra, recordó su magia de acoso mental más poderosa, y colocando sus palmas extendidas en dirección de Kai lanzó un terrible rayo negro que cruzó el campo de batalla envolviendo al duende que no pudo zafarse de esa técnica, no era real, lo sabía, pero su cuerpo no respondía a la ilusión. El laso de energía se estaba tornando más grueso y asfixiante, lo estaba llevando a una posición muy vulnerable, pero Fary estaba adolorida y agotada, había sobre exigido su impulso arcano, no podía aprovechar aquella oportunidad que solo podría durar unos momentos más.
Sin embargo, Fenrar estaba con sus poderes al máximo.
-¿Combustión?- se rio Fenrar, su voz se tornó diferente a la que había usado estos días, se había vuelto burlista y soberbia;- te mostraré el poder de esa técnica completa-.
Li que seguía lanzando virotes arcanos contra Illarian, que parecía ser invulnerable a su magia, sintió el cambio en su querido Fenrar, no era él, no al menos el que se había mostrado tan sensible y afable, pensó entonces en lo que él mismo le había contado, "antes fui un monstruo, ahora...lucho por no serlo".
Fenrar se vio envuelto en una masiva armadura de sombras, con dos cuernos por sobre su frente, y unas alas más gruesas y extensas que antes, miró a Kai que aún estaba aprisionado por el hechizo de Iszel.
-¡Combustión cuarta marcha!- gritó el mago oscuro, lanzándose con una velocidad tan vertiginosa que pareció desaparecer, tal como lo había hecho Zul'Kai hace unos momentos, pero, el brujo llevo la técnica incluso a otro nivel, agarró con fuerza el cuerpo del Rey Duende y lo saco de la armadura. La prisión de Iszel destruyó completamente el aparataje reduciéndolo a chatarra.
Solo ahí vieron el estado en el que Zul'Kai se encontraba. Le faltaba una pierna y tenía la otra hasta la mitad, y varios tubos parecían sostener el funcionamiento de sus órganos vitales.
-¡Por cinco!- exclamó furioso el duende;- ningún esbirro de Gar'Dal podrá conmigo.
Aunque definitivamente no podría ni quería zafarse de las garras de Fenrar, pues caería al suelo y no podría ponerse de pie, pues no los tenía, uso el incremento de fuerza para golpear con ambos puños el cuerpo del brujo que sintió un dolor masivo.
Fenrar cayó con fuerza al suelo, levantando una nube de polvo que cubrió la escena.
Kuro ahora estaba sin armas de metal, si no con una lanza de luz y una espada vil, una magia que no dominaba del todo, algo muy experimental, y que nunca había usado en un combate real. Estaba usando el poder de un dragón dorado y de un dragón vil al mismo tiempo, una parte de su cabello se levantaba como un sol luminoso y otra se extendía como una llama verde vil.
Naxez se sintió presionada, estaba herida y estaba retrocediendo ante lo que era para ella, un ser muy inferior.
No toleró esto ni un segundo más, igual que lo hizo antes Fary, aumento su cuerpo a una forma semi draconica, y con fuerza expulso una llamarada de fuego negro por la boca. Kuro tuvo que saltar hacía atrás y apenas logró esquivar un fuego que estaba quemando el suelo de piedra, era irrisorio, pero estaba ocurriendo, el fuego de los dragones negros no se apagaba y quemaba cualquier cosa.
El poder de Li era inútil ante las llamas de Illarian, el elemental estaba desesperado por ayudar a su amada Naxez, y haría cualquier cosa por zafarse de aquella mosca que le cerraba el paso. Era como Illarian veía a Li, como una molesta mosca a que no podía atrapar.
-Tienes otro plan Axaz- le exigió Li Wang;- no le hacemos nada de daño-.
-Ninguno- respondió la Reina Roja enojada, ya que lo que había planeado, con Illarian no servía.
El poderoso elemental tornó sus llamas de un rojo fuego a un verde furioso, el calor ahora era doloroso y asfixiante para los cazadores.
Arzelen vio toda aquella pelea como algo fantásticamente aterrador, ordenó entonces a lo que le había resultado un rebelde elemental de barro ir hacia Illarian, a medida que más y más barro se unía a su cuerpo hasta adquirir un tamaño colosal.
Ni los hechizos de Zadris y las Flechas Negras de Cyndressa eran lo más mínimamente útiles en contra del Príncipe de Fuego. Dirigieron entonces su atención a Naxez que a lo menos parecía tener un cuerpo sólido.
La Princesa Negra estaba a la defensiva, luego de haber estado en absoluta ventaja, Kuro estaba siendo muy efectivo con presionarla hasta llevarla a una de las esquinas de la macabra sala que les servía como campo de batalla.
Cyndressa cargo toda la magia que pudo en la flecha, ya consciente de los dones que la no muerte le había dado, y disparó, un virote negro cruzó todo el campo de batalla hasta incrustarse en el muslo de la dragona negra, más profundo de lo que Naxez hubiera esperado.
Kuro lamentó que su pelea se hubiera desvirtuado por la acción de Lady Cyn, pero aprovechó de igual manera la ventaja, con fuerza clavo la espada vil en el torso de Naxez, que gritó de dolor, como si de un rugido bestial se trátase.
Illarian escuchó el grito y de inmediato reacciono con desesperación.
-¡¡Naxez!!, ¡mi amor! - el elemental se encendió otra vez, gritando tan fuerte que otra lluvia de estalagmitas calló sobre todos, bolas de fuego salieron de su cuerpo en todas direcciones, hasta que del enorme elemental solo quedo una pequeña llama.
"¡Age Ace!" invocó Fary sobre lo que quedaba del Rey Duende, ya sin fuerzas para continuar su brutal intercambio de golpes con Fenrar.
El poderoso Zul'Kai, Rey de Zul'Moran, quedó como una estatua helada, pero tan frágil que bastó solo una arremetida del brujo semihumano para que se quebracé en una infinidad de cristales.
-Acabó- preguntó Am confundida, quizá dirigiéndose a la ancestral figura de Zul'Axaz;-ganamos-.
-No, no puede ser tan fácil- respondió la dragona mordiéndose el labio, tan confundida como todos.
Entonces aquel pequeño lapso en la batalla desapareció, se escuchó un rugido que hizo temblar todo el lugar.
La figura herida de Naxez se multiplico en tamaño y en solo un momento se transformó en una enorme dragona negra, tal como se podía esperar de la primogénita del Rey de los Dragones.
Pero esa aterradora figura no se formó sola, las numerosas llamas verdes que se habían dispersado del cuerpo de Illarian se vieron atraídas por una fuerza tremenda, compactándose en un cuerpo humanoide.
Parecía un hombre, pero hecho de llamas viles, dos orbes negros parecían ser sus ojos y todo cuanto él era estaba hecho de fuego, era mucho más pequeño que antes pero el calor abrazador que emanaba era colosalmente abrumador.
-Kai era un debilucho- se escuchó una voz femenina pero muy tétrica, saliendo de la bestial Zul'Naxez;- creo que debemos abandonar este lugar, o terminaremos sepultados bajo la montaña-.
-Puedes sacarnos de aquí-dijo Illarian dirigiéndose a Farizza.
Fary asintió, era una buena idea, aunque eran enemigos era un interés común no morir todos en aquella sala que se tornaba ahora tan diminuta.
La dragona azul recitó unas claves mágicas y abrió un portal en el medio del salón.
-Pueden cruzar primero- dijo Illarian con una calma que antes no había tenido;-no huiremos-.
Fary estaba un tanto consternada a lo que atemorizada con este nuevo Illarian, hizo entonces la señal para que Li Wang, Axaz y Fenrar cruzaran primero, luego les siguió Illarian y Naxez, finalmente el resto de los cazadores les siguió.
El portal no los había llevado muy lejos, era a tan solo una de las salidas de la caverna, pero estaba sin embargo extremadamente lejos de la montaña ardiente, está ya no se veía, propio del largo viaje que tuvieron en los pasillos del laberinto que habían cruzado durante días.
Sin embargo, una imponente, colosal, y salida de toda lógica montaña se erguía a mucha distancia aún, pero esta se perdía en las nubes grises en el cielo.
El Monte Olimpo, sobre él, el Castillo Negro, hogar ancestral de los Dioses Antiguos que formaron a los primeros dragones, pero ahora hogar de Gar'Dal y sus esbirros.
Naxez no esperó que sus enemigos se recompusieran del malestar que causaba viajar por un portal. Rugió con fuerza y una ola de llamas los hizo dispersarse.
Fary se transformó también en su forma completa y saco a Isz y Zadris del alcance del fuego de Naxez.
-La lucha se tornará difícil- les dijo, también dirigiéndose a Am y Cyndressa;- ustedes no están preparadas para luchar con esos monstruos, déjenlo en manos de los grandes-.
Isz asintió un tanto molesta por las palabras de su maestra, pero definitivamente la magia que ella usaba poco serviría contra aquellos monstruos.
Kuro tomó aire, cuando ya había recompuesto su autoestima hiriendo a Naxez ahora tendría que enfrentarla con su forma verdadera.
Fenrar juntó más energía de sombras y volvió su armadura más densa y grande.
Li Wang no tenía más cartas que las que había mostrado, podría convocar el poder puro de un arconte de magia, pero perdería movilidad y quedaría a la merced de enemigos que se veían o enormes o tremendamente agiles.
Axaz rugió con una fuerza tremenda e igual que Fary se transformó en una colosal dragona, incluso más grande que Naxez.
-Lamentaran haber mostrado sus caras en Xera otra vez- les gritó roncamente a sus enemigos.
Ambas dragonas, Axaz y Farizza se miraron mutuamente un breve tiempo, como si se leyeran la mente desplegaron sus alas y se abalanzaron contra Naxez, que ante la amenaza levanto en vuelo exhalando una tromba de fuego que sus rivales apenas lograron esquivar en el aire.
Kuro gruño enfurecido, mientras volaran no podría alcanzar a su presa, era su duelo con Naxez lo que lo convertiría en un verdadero cazador de dragones, pero, ante él y el resto se erguía tan imponente como melancólico el Príncipe Elemental de Fuego, Illarian, hijo de Illion y portador de la Llama Vil.
Entre sus varios aspecto de dragón no estaba ninguno de los tres grandes vuelos, el azul, el rojo y el negro, cualquiera de ellos habría sido una potente arma en contra de ese tipo hecho de fuego.
La tierra con el fuego se vuelve más dura, pensó, entonces lo convocó, el poder de un dragón terraneo, su piel se endureció, adhirió bien sus pies al suelo y se eyectó en contra de Illarian usando la tierra como un trampolín, una, dos, tres veces, adquiriendo en cada golpe más velocidad.
Li Wang y Fenrar miraron algo espantados como el Señor Ígneo detuvo el potente puño de Kuro con tan solo una de sus manos.
-Explota- dijo Illarian con una fría emoción en la voz, entonces el brazo del Corazón de Dragón pareció estallar, saliendo expulsado una decena de metros hacia atrás;- tan débil como Nerfa, ¡Gar'Dal!- exclamó molesto, mirando hacia el colosal Monte Olimpo;- déjate de jugar con tus peones y da la cara, demonio, sádico esbirro del Ejercito Negro-.