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El Corazón Del Abismo

Shion_Ayako
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Synopsis
MEFIS uno de los 12 monarcas más temidos que aparecieron en el mundo, que causó un caous a muchos despertados y gremios que querían despejar esa masmora de nivel S, pero así mismo guarda un misterioso secreto....
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Chapter 1 - El caballero y el abismo

Mamá...

—Dime, corazón.

—¿Puedes contarme otra vez la historia del caballero?

—¿Del caballero de corazón noble? —susurró ella con una sonrisa tierna, dejando escapar un suave suspiro.

—Está bien, hijo. Te la contaré otra vez, pero tienes que dormir, ¿de acuerdo?

—¡Sí, mamá! —respondió con entusiasmo, sus ojitos brillando de emoción.

Ella se acomodó a su lado y comenzó a narrar, su voz suave como una melodía.

—Era una vez un caballero, un caballero que llevaba una armadura tan brillante, tan hermosa, que parecía un reflejo del sol. Su espada, enorme, estaba forjada en el más puro acero, y en su pecho llevaba un corazón valiente y puro, tan noble como el de mi hijo...

—¡Mamá! —interrumpió él, sus ojos llenos de inocencia y dulzura.

—¿Qué tiene de malo? Mi niño es el más brillante y el más lindo de todos —respondió ella, riendo suavemente, acariciando su cabello con ternura.

Y así continuó la historia, mientras él la escuchaba, sus ojos llenos de admiración. El caballero, a pesar de los momentos oscuros y peligrosos, nunca retrocedió, porque su amor por lo que protegía era más grande que cualquier temor. No obstante, en lo más profundo, la desesperación siempre lo acechaba, pues el dolor de no poder hacer más lo consumía a veces.

—Oh, mi niño… ya te has quedado dormido —susurró ella, observando cómo su pequeño se entregaba al sueño con una sonrisa en los labios.

Lo cubrió con la manta, dándole un beso en la frente con toda la suavidad del mundo.

—Ver esos ojitos, me haces querer te tanto, hijo mío. Quiero estar siempre a tu lado, apoyarte en cada momento, y cuando el mundo parezca grande y confuso, siempre estaré aquí. Porque eres mi amado hijo, si algún día llegas a sentir que no puedes hacer más, recuerda que me tienes en tu corazón… siempre.

Ella cerró la puerta con suavidad, un suspiro de amor llenando el aire mientras dejaba que la paz envolviera su hogar...

—Mmm

El silencio del cuarto era profundo, casi solemne, roto solo por el leve crujir de las llamas que danzaban en las antorchas de las paredes. La penumbra rojiza envolvía todo, excepto el lecho donde él descansaba, cubierto por sábanas negras con bordados de oro.

Sus ojos se abrieron despacio, como si aún estuvieran acostumbrándose a la realidad. En el resplandor tenue, su mirada carmesí parecía arder como brasas. Algo le rozaba en el pecho, una sensación extraña: melancolía y algo más cálido, más inquietante... ¿amor?

No recordaba el sueño, solo los restos de un vacío que no debería sentir. Era un demonio, uno de alto rango, con el peso de su inframundo sobre sus hombros. Emociones como esas no tenían cabida en su existencia. Cerró los ojos de nuevo, intentando apartar aquella sensación, pero los ecos de la soledad y un leve roce —como el de unas manos cálidas que no podía identificar— lo siguieron unos segundos más.

"Ridículo," murmuró para sí mismo, con voz grave y firme. Se levantó del lecho, dejando atrás cualquier vestigio de duda. La fría piedra del suelo lo recibió con un contraste refrescante, devolviéndolo al presente.

En un rincón del cuarto esperaba un traje impecable: un conjunto de corte elegante, confeccionado en un negro profundo con detalles en rojo oscuro que parecían fluir como hilos de sangre bajo la luz. Se acercó, sus movimientos seguros y decididos, y empezó a vestirse. Cada prenda encajaba perfectamente, reflejando la autoridad y la perfección que lo definían.

Un broche con un símbolo antiguo brillaba en el centro de su pecho al ajustar la chaqueta, y se observó en el espejo alto que dominaba la habitación. La imagen que le devolvía era la de un líder, un demonio cuya sola presencia hacía temblar a sus enemigos y doblegarse a sus aliados.

No había lugar para sueños en su mundo, y mucho menos para emociones humanas. Pero, mientras ajustaba los puños de su camisa, su mente vagó un segundo más hacia esa extraña sensación. ¿Y si ese sueño que no recordaba era algo más que una simple ilusión?

Ahogó la idea rápidamente, afiló su mirada y salió de la habitación. El inframundo lo esperaba, y él no tenía tiempo para fantasías. O al menos, eso quería creer.

Las pantallas gigantes en las plazas principales de la ciudad comenzaron a brillar con imágenes impactantes, interrumpiendo la rutina diaria de millones de personas. Un presentador con una voz firme pero cargada de emoción llenó el aire con las palabras que nadie esperaba escuchar tan pronto.

"Última hora: El gremio Treyon, uno de los cinco más grandes y poderosos del mundo, ha anunciado oficialmente su incursión en la Undécima Mazmorra, conocida como El Abismo Cerel. Una de las doce mazmorras del caos más temidas que han resistido a los cazadores durante 50 años."

La noticia se propagó como una explosión. Las calles, los bares, las oficinas e incluso las zonas de entrenamiento de los gremios se llenaron de murmullos y debates.

"¿Treyon? ¡Ellos ya despejaron cuatro de esas mazmorras! Si alguien puede lograrlo, son ellos." "Pero el Abismo Cerel es distinto. Dicen que nadie ha sobrevivido más de tres días allí. ¿Qué tipo de monstruos tendrán que enfrentar?" "¿Y el mocarca? En cada una de las doce mazmorras hay un mocarca único, dicen que el de Cerel es el más temible."

Las doce mazmorras del caos habían aparecido cincuenta años atrás, como monumentos indestructibles que desafiaban la comprensión humana. Su aparición cambió el mundo para siempre, dando paso a una era de cazadores, gremios y desafíos que transformaron a los monstruos y las mazmorras en un problema global. Sin embargo, la Undécima Mazmorra, ubicada en lo profundo de las Montañas de Ceniza, era conocida como la más cruel de todas, no solo por los monstruos de rango S que habitaban su interior, sino por el mocarca único que residía en su abismo y que había destruido a incontables cazadores y gremios.

En una transmisión en vivo desde la sede del gremio Treyon, el líder, Kael Drayven, apareció frente a las cámaras. Su presencia era imponente, con su armadura negra con detalles plateados, una mirada fija y su característico aire de invulnerabilidad.

—Treyon ha despejado cuatro de las mazmorras del caos. Sabemos lo que enfrentamos y los riesgos que conlleva. Pero no nos detendremos ante el miedo. El Abismo Cerel será conquistado.

Una periodista alzó la voz desde el grupo de reporteros:

—Señor Drayven, ¿qué diferencia a esta mazmorra de las otras que han despejado?

Kael la miró fijamente antes de responder:

—El Abismo Cerel no solo es un desafío. Es una trampa para los imprudentes. Su mocarca no es una criatura común de rango S… Es algo más. No tengo otra palabra para describirlo. Pero Treyon no retrocede ante lo desconocido.

Las palabras dejaron a todos en silencio por un momento antes de que otra ola de preguntas se desatara.

Mientras tanto, en las calles, la gente debatía con fervor. Algunos confiaban ciegamente en Treyon, recordando sus victorias pasadas. Otros, más cautelosos, advertían que el Abismo Cerel no era como las otras mazmorras.

En un rincón oscuro de la ciudad, un viejo cazador con cicatrices profundas en el rostro murmuró para sí mismo mientras observaba la pantalla:

"El Abismo Cerel no es solo una mazmorra. Es una tumba para los orgullosos. Si Treyon falla, el mundo entero sabrá lo que significa desafiar lo imposible."

Lejos, en las Montañas de Ceniza, la entrada de la mazmorra permanecía cerrada, sellada por cadenas negras que parecían vivas. Como si respondieran al anuncio, las cadenas se tensaron, y un leve aire, apenas perceptible, resonó desde las profundidades. Algo estaba esperando, algo que no había sido desafiado en décadas.