Al adentrarse en la cueva, Landon y sus hombres se movían furtivamente contra sus paredes.
El túnel de la cueva se enroscaba en una oscuridad infinita, a medida que se alejaban de la entrada.
En ese momento, todos los hombres llevaban gafas de visión nocturna que eran aproximadamente la mitad del tamaño de unos prismáticos regulares.
Estas gafas tenían una gruesa correa para la cabeza, así como baterías, un cátodo, un ánodo, tubos de imagen, varias lentes que estaban recubiertas con múltiples químicos y demás.
Con estas gafas, si los hombres querían desactivar el modo de visión nocturna, solo tenían que voltear el pequeño interruptor que se encontraba en el extremo inferior derecho de sus gafas.
La cueva estaba completamente oscura, por lo que esta era la mejor manera de saber si un enemigo se escondía en secreto.