Después de escapar del palacio, se dirigieron rápidamente hacia la Taberna Venigard.
En esta misión, el encapuchado Benvolio estaba encargado de hablar.
La Taberna estaba llena del fuerte aroma de la cerveza y hombres sudorosos.
Había hombres sentados alrededor de las mesas de madera, que habían sido empapadas con cerveza derramada de sus tazas.
Algunos brindaban y reían, mientras que otros tenían una pequeña pelea organizada en un rincón.
Algunos apostaban por estas peleas, mientras otros daban palmadas en los traseros de las mujeres que servían al pasar.
Algunos subían las escaleras para divertirse con estas chicas, mientras otros bajaban ajustándose los pantalones.
El trío se acercó cuidadosamente al mostrador de recepción, tratando de evitar todo el caos que sucedía a su alrededor.
Mientras se movían, las chicas que servían los llamaban de forma seductora.
—Hey guapo, ¿quieres pasar un buen rato con mamá?
