—Mi nombre es Shen Chao, de la Secta del Agua Verde.
—Lv Han, Valle del Bosque de Bananos.
—La pequeña hermana Hu Yan, de la Mansión Exquisita.
Diez personas se presentaron una por una, todos ellos discípulos de diversas sectas, emprendiendo un viaje para hacerse un nombre y un poco de dinero extra. Después de todo, los recursos de las sectas eran limitados y, excepto por los discípulos centrales a quienes las sectas cultivaban a toda costa, todos los demás tenían que valérselas por sí mismos.
Las tres personas que captaron la atención de Chu Hao fueron Shen Chao, Lv Han y Hu Yan. Todos tenían 19 años y ya se habían convertido en maestros marciales de quinto nivel, con talentos excepcionalmente brillantes.
Aunque los reinos de las otras seis personas no eran muy diferentes, siempre le daban a Chu Hao la sensación de que eran buenos pero no prácticos, no porque fueran demasiado débiles, sino porque Chu Hao era monstruosamente fuerte.
