```
—Realmente dominante, o entregas el Loto del Corazón Exótico o mueres.
Chu Hao era intrépido, ahora que podía barrer con Guerreros ordinarios con facilidad. Y si pudiera conseguir esa Armadura de Dragón Plateada, no tendría que temer nada de ningún Guerrero.
Ya había alcanzado a la gran mayoría de sus pares, pero comparado con aquellos cinco o seis, incluso más de diez años mayores que él, todavía tenía una gran brecha por cerrar, y la Armadura de Dragón Plateada podría compensarlo enormemente, permitiéndole despreciarlos a todos con desdén.
—Tomemos, por ejemplo, a Yue Feng, si viene balbuceando tonterías sobre el asunto de Feng Haizhong, simplemente dale una bofetada y despáchalo.
—¿Y tú quién diablos eres? —Chu Hao miró al hombre sin creer que todos lograran su avance desde los Nueve Meridianos o los Diez Meridianos.